Normalización y educación

Hoy día, en el contexto de lo social, todo lo que no tiende a la media es rechazado.

Una sociedad que busca la homogeneización de los individuos se inclina a considerar anómalo cualquier comportamiento que se desvíe significativamente de la tendencia central. Una sociedad que propende al cultivo de la originalidad del individuo respeta la distancia de la individualidad respecto de dicha tendencia central. Los métodos educativos dominantes en la escuela actual tienden hacia la normalización, porque se entiende que la organización social debe estar fundamentada sobre una amplia mayoría de individuos uniformemente constituidos. Tiene sentido desde el momento en que el objetivo principal es la eficacia de la producción, no la creatividad. Por ello, todas las tareas originales son consideradas marginales, cuando no están perseguidas.

Para contribuir a cambiar el modelo social, es imprescindible trabajar para crear otra escuela. Por eso apoyo iniciativas como Waldorf, que buscan la educación esencial del individuo enraizado en sus circunstancias ambientales, independientemente de que muchos de sus seguidores defiendan concepciones del mundo obsoletas (como es obligado admitir). Por eso apoyo sin reservas la educación libre.

Acerca de Anarchanthropus crapuloideus

Calvo, feo, gordo y tontorrón. Este es mi perfil de acuerdo con quien más valor tiene para mí, mi adorado -y guasón- hijo Mateo. Podría añadir que soy una especie de anarcántropo crapuloideo. Pero buena gente, ¿eh?. Así que después de la presentación inicial, el resto así como más en serio: Lo mío son las cosas bien hechas, con gusto y paciencia. Me gusta el silencio, la calma. Me gusta cultivar la tierra, hacer la comida a la brasa, hacer pan, conservar las costumbres ancestrales. Me gustan las miradas firmes de las personas sin dobleces. Me gusta la esencia. Y la forma también, sí; pero sobre la esencia. Me gusta la soledad, compartida o no. Me aburren y me irritan la mediocridad rampante y la falsedad, la corrupción, la incapacidad y la indolencia que dominan nuestro día a día. Me enojan los “esclavos felices”. Soy raro, dicen. No encajo bien en los moldes convencionales. En muchas situaciones estoy a la contra. Si la inteligencia es la propiedad de adaptarse bien a cualquier circunstancia, no soy particularmente inteligente. Soy un intelectual inquieto, apasionado del mundo natural. Me fascina la vida. Y el color, los paisajes (¡el Alto Tajo!), el agua limpia, los animales silvestres (en especial los insectos, y sobre todo las mariposas), la montaña, el mar, las flores… Me hice biólogo, aunque padecí mucho durante la licenciatura; mi interés por el mundo natural me ha llevado a ser profesor universitario de Zoología y Conservación Biológica (también me entusiasma la docencia) y a fundar un grupo de investigación. Si no hubiera sido biólogo hubiera sido músico; me cautiva la música. U hortelano. O pintor. O... soñador de vencejos y hadas. No tengo estilos musicales preferidos, sino músicos preferidos: siempre se ha hecho buena música, y yo creo que ahora también (en contra de lo que opinan algunos críticos). Una relación de la música que más escucho se encuentra en http://www.last.fm/user/Troitio. Me entusiasman también la pintura y la literatura, tanto para disfrutar las creaciones ajenas como para crearlas yo mismo. Algunas frases ajenas que me han acompañado a lo largo de la vida: “Piensas demasiado para ser feliz” (dicha por la madre de la niña que más me gustó en mi adolescencia y primera juventud; yo no he estado de acuerdo en lo de que pensar “demasiado” te impida ser feliz, y de hecho me considero un privilegiado respecto a la felicidad). “Deja ya las mariposas, que no te van a dar de comer” (dicha por mi abuela paterna, que no entendía bien mi afición precoz, y que a la postre también se ha demostrado que era errónea, porque desde luego que me han dado de comer, a pesar de dedicarme a ellas y de hacerlo a contracorriente de las modas productivistas dominantes). "¿Cómo una persona que es en sí por completo un método, puede comprender mi anarquía natural?" (Richard Wagner). "Sólo aquel que lleva un caos dentro de sí puede alumbrar una estrella danzarina" (Friedrich W. Nietzsche). "Creo que en la sociedad actual nos falta filosofía. Filosofía como espacio, lugar, método de reflexión, que puede no tener un objetivo concreto, como la ciencia, que avanza para satisfacer objetivos. Nos falta reflexión, pensar. Necesitamos el trabajo de pensar, y me parece que, sin ideas, no vamos a ninguna parte." (José Saramago). "El ruido de las carcajadas pasa. La fuerza de los razonamientos queda." (Concepción Arenal). "Estamos aquí para desaprender las enseñanzas de la iglesia, el estado y nuestro sistema educativo. Estamos aquí para tomar cerveza. Estamos aquí para matar la guerra. Estamos aquí para reírnos del destino y vivir tan bien nuestra vida que la muerte tiemble al recibirnos". (Charles Bukowski. ¿O ésta es de Homer Simpson?).
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4 respuestas a Normalización y educación

  1. Javier dijo:

    «desde el momento en que el objetivo principal es la eficacia, no la creatividad» esas palabras sintetizan, el gran problema de la educación actual y me atrevo a decir de la sociedad toda.
    Y sobre la educación Waldorf, los hijos de un gran amigo concurren a ella, con lo que pude conocer muchas prácticas pedagógicas que creo estupendas, salvo cuando abandonan la razón y se entregan al esoterismo sin cuestionarse nada, como si lo hacen con la escuela común.
    Saludos

  2. Antinomia dijo:

    Muy de acuerdo. No sé si tendré hijos, lo que tengo claro es que no pienso someter a ningún niño a una alienación que reprima sus capacidades naturales. Me atrae la pedagogía Waldorf, aunque hay quien la denomina secta. Para mí resulta mucho más sectario el sistema en el que se me impuso una educación. Una combinación de Waldorf y Montessori, sería idónea.
    No pretendamos hacer de los niños clones sin espontaneidad.
    Concluyo: en mi opinión, la sociedad está enferma desde la raíz.

    • No pasamos por buenos momentos, no. Puede decirse que nuestra sociedad está enferma, en tanto que adoctrina y mantiene en el sufrimiento a un porcentaje alto de la población (para que otra pequeña proporción viva holgadamente).
      El problema de la esfera Waldorf no es la pedagogía en tanto que método, que es excelente (y lo he vivido de cerca). El problema es la adhesión casi inquebrantable de muchos de los maestros (pero no todos, por fortuna) a los postulados de Rudolf Steiner, al que veneran casi como una deidad. La antroposofía es su código, que abrazan de manera incondicional e irracional. En ese sentido, los que actúan así funcionan claramente como una secta. A mí aquello me destrozó en su momento, por causas que no vienen al caso; como todo movimiento sectario, es capaz de aniquilar cualquier asomo de disidencia ideológica con todo tipo de justificaciones peregrinas. Esa es la cara oculta de lo Waldorf (como apunta Javier en el comentario de arriba), que como digo está encontrando una respuesta fuerte por parte de algunos sectores en los últimos tiempos. Ojalá que estos sectores se conviertan en mayoritarios y sean capaces de arrinconar la dinámica fanática e irreflexiva, por el bien de todos. Aunque, como dije por ahí en otra entrada (https://joseluisyela.wordpress.com/2013/10/13/el-modelo-educativo-waldorf/), quizá entonces Waldorf acabe convirtiéndose en Montessori, o las diferencias entre ambas escuelas acaben siendo más de forma que no de fondo.
      Gracias por tu comentario, es un gusto leerte.

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