Igual que aquí

Acaba de terminar la primera reunión virtual del Noctuoid Research Group, a la que fui invitado amablemente por el comité organizador (Nicolas J. Dowdy, Milwaukee Public Museum; Paul Goldstein, USDA, Smithsonian Institution; Nicholas Homziak, Florida Museum of Natural History; Kevin Keegan, Carnegie Museum of Natural History; Joe I. Martinez, Florida Museum of Natural History; Christian Schmidt, Canadian National Collection; Ryan St. Laurent, Smithsonian Institution; Reza Zahiri, Canadian Food Inspection Agency; y Alberto Zilli, Natural History Museum, London. ¡Ahí es nada!). La idea original partió, cómo no, del extraordinario y extremadamente afable Reza Zahiri. La financiación ha corrido a cargo de la National Science Foundation norteamericana, a través de una ayuda concedida a otro tipo encantador, Nick Dowdy (DBI Award 1811897). Financiación adicional ha corrido a cargo del Milwaukee Public Museum, y el alojamiento para la sesión de Zoom ha sido provisto por la Wake Forest University.

Salgo todo emocionado y con la cabeza bullendo de ideas. Habíamos sido invitados 47 participantes de muy diversas partes del mundo, de los que 18 hemos presentado charlas. Hemos estado exponiendo y departiendo desde las 15:30 hasta las 21 horas, sobre todo en torno a tres ejes principales: la sistemática de grandes linajes de Noctuoideos (sobre todo molecular, con el mayor énfasis en la filogenómica), taxonomía pura y aplicada (sobre todo integrativa, pero poniendo también mucho énfasis en la morfológica) y casos sobre especies particularmente interesantes. La idea de fondo es crear un grupo de entusiastas de alto nivel, comparable al que existió en la etapa anterior, en la que el alma mater era Michael Fibiger y el cerebro en la sombra László Ronkay. Antes, como aperitivo, Axel Hausmann, Pasi Sihvonen y Hossein Rajaei nos han presentado una iniciativa similar que lleva ya muchos años operando, pero dedicada a geométridos: el Foro Herbulot («una red colaborativa exitosa para la coordinación de la investigación sobre geométridos»). A una pregunta de Reza, se me ha ocurrido plantear varios nombres para este foro; pero creo que, de los cuatro propuestos, me quedo con el de «foro Don Lafontaine».

Me han llamado especialmente la atención, una vez más, cuatro cuestiones: una, el grado de colaboración que existe entre grupos de investigación por ahí fuera, donde hay una tradición investigadora muy amplia y consolidada; dos, la cantidad de fondos que manejan los diferentes grupos de investigación; tres, lo numerosos que son éstos y los equipos que utilizan y, sobre todo, su excelente calidad, puesto que los estudiantes más brillantes se disputan visitar esos laboratorios; y cuatro, las enormes colecciones entomológicas que atesoran prácticamente todas las instituciones, ya sean museos, universidades o centros de investigación, donde los ejemplares se cuentan por millones.

Igual que aquí. ¿Que no?

*****************

Mi charla (para la que he contado con cinco minutos):

«Iberian Noctuoids: an integrative approach»

NRG 2023 Virtual Conference

José Luis Yela
Universidad de Castilla-La Mancha, Toledo

Good afternoon, good morning or good… whatever.

First of all, I’d just like to say before I start that it is one of the great pleasures of my life to be able to be here, in this meeting, with all you bright and admired colleagues.

I will present today a very brief summary of what we are doing on α-taxonomy of Iberian noctuoids from a still very primary and simple integrative point of view.

I act as the main voice of the team, but my team mate is Antonio Ortiz, from the University of Murcia, and we work in close collaboration with the Ronkay brothers, László and Gabor, the Ronkays factory as I call them because of their huge knowledge and working capacity. We have a very large number of other collaborators too.

Our main study topic are Iberian quadrifid Noctuoids. We focus on the Iberian peninsula for a number of biogeographic reasons: it is at the westernmost end of the palaeartic region, it is a sorto of natural bridge between the rest of Europe and Africa, and the mountain ranges are perpendicular to the meridians, so that they acted as refugia and centers of diversification and dispersion.

So the Iberian península is a well-known biodiversity hotspot. We know about forty five endemic species of noctuoids.

Our interest in Iberian noctuoids is two-fold: on the one hand, we are interested in alpha taxonomy, which in an evolutionary context is so to say the systematics of the terminal nodes, and we are also interested in biogeography.

Our background questions are: what do we know about the identity and phylogenetic relationships of Iberian quadrifid noctuoids? and what are the main knowledge gaps?

Our first and long stage, lasting from 1974 to about 2015 was descriptive-oriented, traditional morphological alfataxonomy, and included our collaboration with the Noctuidae Europaeae project.

In a second stage, from about 2015 on, my association with Antonio Ortiz, who is leading one of the subprojects in BOLD, led to adopt a so-called integrative working procedure, that gave rise to the Fauna Ibérica:Noctuoidea project.

This is conceived as a three-step project, potentially yielding three volumes of the Fauna Ibérica series. The first project, called FINOC I, delt with Euteliidae, Erebidae and Nolidae, including 212 nominal species, and spanded officially from 2019 to 2022. We are now dedicated to final checkings and writing.

The second project, FINOC II, will deal with the first part of noctuids, that is from Plusiinae to Noctuinae Xylenina, including 332 species. The grant has been requested -with a good number of supporters, some between you- to the Spanish Ministry of Science, and if we are successful we expect to be working officially on that project from 2023 to 2027. Extraofficially we are now gathering material, examining and photographing genitalia and barcoding, and we expect to include the analysis of other genes too.

The third project will deal with the rest of noctuids, that is from Noctuinae Cosmiina to Noctuinae Noctuina, including 324 nominal species.

Our working protocol is so to say the classic protocol in integrative taxonomy:

As a brief summary of results of the first project, we may say that our work have led to the reconsideration/discussion of the taxonomic rank of 53 out of 212 nominal species, that is, about one quarter of the total, and we have found 6 cryptic, but well-characterized, new species, and about 40 ESUs (or however their status is defined). There are already several manuscripts published,submitted and in preparation (some with the Ronkays). To name just but one new species:

Also, we have found several species new to the Iberian fauna, due to intensive prospection or due to the work of collaborators. All but one are of African origin, what we thing is god evidence of northward shifting of distribution areas due to climate change. To name just but one:

As for biogeography, just a brief summary of main results. During the past 10 years we have developed a digital platform (GeoBrink; http://geobrink.uclm.es/Geobrink/) to host Iberian faunistic databases of insect groups. The faunistic database of Iberian quadrifid Noctuoidea has been called FAUNOCIB. On its basis, we have published some papers and are preparing the Distribution Atlas of the Iberian quadrifid Noctuoidea. Here you can see the maps of four species, as an example. The atlas includes maps for 868 nominal species as well as a provisional delimitation of chorotypes.

I want to thank the organizers, for being so kind as to invite me! Thanks to the audience for your attention! Thanks to partners, collaborators and supporters: this is a result of your collective assistance!

Publicado en Ciencia, Universidad, investigación, Cuaderno de campo | Deja un comentario

Conciencia

El papel de la conciencia (madura) frente a la perversa dinámica del premio-castigo, por Isaac Asimov. O la responsabilidad frente a la sumisión.

Publicado en Reflexiones y escritos | 4 comentarios

Hasta cierto punto

Del muro de Facebook de Máximo Florín Beltrán: «En estas cosas iba pensando, absorto, cuando me cruzo con el típico cayetano joven, con su melena algo rizada al viento, departiendo con una chica sobre los últimos acontecimientos políticos: «El PP es, hasta cierto punto, socialdemócrata».»

Desde un cierto punto de vista, todo es hasta cierto punto. Así lo entienden todo los que todo lo entienden. Hasta cierto punto.

Publicado en Sociedad | 2 comentarios

Micro: Oídos sordos

Una bofetada de realidad hecha poesía. (La página de Paula Emmerich (https://paulaemmerich.com/) merece mucho la pena, aunque imagino que todos los que paséis por aquí ya la conoceréis.

p.emmerich escribe

Las expectativas de los consumidores son altas. No obstante nuestro proceso de rectificación y afinamiento, el programa de inteligencia artificial sigue generando ideas sin coherencia alguna. Nuestra instrucción: «Inventa una nueva fuente de energía limpia que nos permita consumir ad infinitum» queda sin resolver. Dejamos constancia de que el algoritmo entra en un círculo vicioso y arroja el siguiente error: «El modelo es biofísicamente insostenible, destruye el planeta y amplifica la inequidad entre los humanos, lo que acelera la inestabilidad del sistema».

Le pedimos paciencia al público: continuaremos el proyecto con perseverancia.

Escribe tu micro solidario en cincopalabras.com: EXPECTATIVAS – RECTIFICACIÓN – COHERENCIA – CONSTANCIA – PERSEVERANCIA

Estamos viviendo en un estado de emergencia planetaria. Necesitamos actuar con urgencia y decisión para reducir nuestra huella ecológica y restaurar el equilibrio de la vida en la Tierra.

David Attenborough, naturalista y comunicador.  

Cualquiera que considera que el crecimiento…

Ver la entrada original 126 palabras más

Publicado en Sociedad, economía y política | Deja un comentario

Tras las elecciones del 28M

Tras las elecciones del 28M, pues eso, lo de siempre: es lo que hay. Poco más se puede esperar de una sociedad básicamente inculta, que no es capaz de desarrollar y poner en marcha planes educativos que formen ciudadanos libres, en el sentido más radical, y con capacidad crítica sólida. Puede decirse que el negacionismo ambiental, la imposición de los criterios del más fuerte y la brecha social siguen abriéndose camino. Las tripas vencen sobre la razón. La puerta del ecofascismo está abierta, mientras el ecosocialismo se desvanece como si de un cuento de hadas se hubiese tratado. Poca solución se ve que no sea la de refugiarse en el bosque hasta que llegue el oso y se nos coma.

Y aquí no ha pasado nada; el oso siempre vence.

**************

Y a ver, que si la mayor parte de los españoles quiere rancio y facha, pues rancio y facha. En eso consiste esto que suele llamarse democracia (aunque la precisión semántica deje bastante que desear). Y lo que ha hecho el -todavía- gallo mayor del gallinero está muy bien, dentro de lo que es la dinámica política al uso. Por un lado, convocar elecciones anticipadas es lo más honesto, dentro de lo que cabe, y probablemente también lo más inteligente -para él-, asimismo dentro de lo que cabe.

Que cabe más bien poco. Pero me repito: es lo que hay.

Y birras, afortunadamente.

Publicado en Sociedad, economía y política | 2 comentarios

Más sobre ciencia y paraciencia

Como un apéndice del comentario anterior sobre las aproximaciones científica y paracientífica a la entomología, valga este cruce de mensajes en Facebook, sobre una foto de buena calidad tomada en Ávila, que quien le ha puesto un nombre ha denominado «Hadena luteocincta«. No doy más detalles para que no se reconozca al autor; no quiero ser ofensivo con él, sino todo lo contrario.

José Luis Yela: Hola. ¿Has recolectado este ejemplar [el de la foto]? ¿Se podría estudiar?

JLG: Lo siento José Luis pero no recolecto los ejemplares observados, salvo que sea por una causa muy justificada.

José Luis Yela: Pues en este caso, lo hubiera sido. El follón taxonómico en torno a H. luteocincta es muy grande, y es probable que el individuo de la foto no sea realmente luteocincta.

JLG: bien, pues en caso de volver a observarla, la recolectare y te la enviaré

José Luis Yela: Pues te lo agradecería mucho. Aunque la cuestión de fondo, ya sabes, es cómo decidir a priori qué casos justifican recolectar una polilla y qué casos no. Tenemos una discusión abierta entre varios colegas, y nos interesa mucho recabar información de cualquier interesado. Gracias.

*********

Sospechaba que no iba a haber respuesta. Así ha sido.

Publicado en Ciencia, Cuaderno de campo | Deja un comentario

¿Calidad o cantidad en la información faunística?

Este pasado fin de semana han tenido lugar las VI Jornadas Entomológicas de Castilla-La Mancha. He presentado una ponencia un tanto atípica, que dejo aquí a continuación:

Entre dos aguas: ¿calidad o cantidad en la información faunística?

(¿Recolectamos o fotografiamos? ¿Divulgamos o vulgarizamos? ¿Hacemos ciencia o paraciencia? ¿Todo vale siempre, o según y cómo?)

José Luis Yela

VI Jornadas Entomológicas de Castilla-La Mancha, 20 y 21 de mayo de 2023.
Centro de Investigación Agroforestal de Albaladejito, Cuenca

Como profesor, una de mis tareas principales es provocar retos para estimular el pensamiento crítico en las audiencias. No es que trate de que nos saltemos la valla, si en ella se lee que está prohibido; se trata de que nos encaramemos a ella, para intentar atisbar lo que hay detrás. Por eso, lo primero que hago nada más entrar en el aula el primer día es preguntarles a los alumnos de primer curso: ¿Para qué estamos aquí? Así que, ¿para qué estamos asistiendo a estas Jornadas? Todos estaréis pensando que para hablar de insectos, para compartir conocimientos, para conocer a otros entusiastas de la entomología, para pasar un rato agradable… Por supuesto que estamos aquí para eso. Pero si somos una sociedad entomológica, y por tanto científica, es decir, si decimos que hacemos ciencia, ya sea de una manera o de otra, en realidad la razón más importante por la que estamos aquí es para practicar la acción de pensar. Y no de cualquier forma, sino de acuerdo con la dinámica del pensamiento científico. ¿Y qué es este? Aquel que se ajusta a la ruina hipotético-deductiva. Por abreviar, existen dos formas generales de explicarnos los hechos que observamos. La más sencilla es la inductiva. Consiste en llevar a cabo observaciones que nos plantean preguntas, a las que damos una respuesta inmediata basada en nuestras propias observaciones anteriores, en observaciones de otros, en creencias o en intuiciones. Esto forma el núcleo del pensamiento común, que practicamos todos constantemente. El científico -auténtico, independiente, no el que pretende serlo o el que trabaja a sueldo para que alcance las conclusiones a las que le interesa a la empresa contratante que llegue, que los hay y no pocos-, sin embargo, da un paso más, y considera esas respuestas inmediatas como hipótesis (supuestos). Es decir, aplica el escepticismo, y trata de comprobar si esas respuestas inmediatas son ciertas o no. Para ello procede al contraste de hipótesis: diseña un protocolo experimental o basado en observaciones repetidas, procede a la toma y tabulación de los datos y los somete a comparación, generalmente estadística (o análisis). Una vez analizados los datos, procede a la interpretación (o discusión) de los resultados, en función del cuerpo de conocimientos previos que existen sobre la cuestión, usando para ello el juicio crítico. Una interpretación científica, por tanto, no deja de ser una opinión -no es un hecho-, si bien es una opinión fundamentada sobre una hipótesis contrastada. La interpretación de los resultados da lugar a respuestas provisionales, que pueden confirmar la hipótesis de partida -en cuyo caso ésta se considera transitoriamente cierta o demostrada- o puede refutarla, en cuyo caso hay que replantearla y volver a repetir el proceso analítico. Cuando una hipótesis ha sido sometida a contraste numerosas veces y no se ha podido refutar, adquiere el rango de teoría. El conjunto de teorías que componen el pensamiento predominante de una época dada constituye un paradigma científico. Es deber de los científicos contribuir a hacer comprensibles los paradigmas -basados en pruebas demostradas- al conjunto del tejido social.

Resumiendo: podríamos definir ciencia como el arte de la demostración repetible, o como el arte de la comprobación sistemática para comprender racionalmente, o como el arte de dar cuenta racional de la realidad comprobable y, por tanto, medible. Todo lo que no es medible y contrastable escapa al ámbito de la ciencia, y se introduce en el de la filosofía.

Una pregunta inmediata es si no es ciencia todo aquel proceso de acercamiento a la realidad que no se ajusta estricta o explícitamente a la dinámica hipotético-deductiva. Y la respuesta es que puede serlo. Por ejemplo, aquellos procesos analíticos exploratorios o heurísticos, como los métodos bayesianos -probabilísticos a posteriori- para la reconstrucción de hipótesis filogenéticas; o como los análisis multivariantes -o de agrupamiento de información según rasgos comunes, como el análisis factorial-. En el fondo, todos ellos parten de una idea hipotética previa, y el resultado analítico -estadístico- se puede aproximar o no a ella.

Otra cuestión interesante sobre la que reflexionar plantea qué procesos fundamentales subyacen a la dinámica hipotético-deductiva, es decir, a la dinámica científica. En primer lugar, la observación de un fenómeno natural, que ha de ser minuciosa -detallada-, rigurosa -ajustada a lo medible- y sistemática; una sola observación no permite contestar una pregunta de una forma satisfactoria. Es precisamente la observación la que permite la formulación de hipótesis, en tanto que suposiciones fundamentadas a través de la lógica formal. En segundo lugar, la comparación del fenómeno observado con su contrario -hipótesis nula-, que suele ser aquella generada por mero azar, de manera que si tras el análisis estadístico resulta que nuestra hipótesis difiere significativamente de la hipótesis nula, habremos encontrado la causa de dicha divergencia. La comparación rigurosa conduce, pues, al contraste de la hipótesis -a través de la estadística, que es el lenguaje matemático universal de los fenómenos naturales-. En tercer lugar, la interpretación de los resultados del análisis, que explican, a través del pensamiento crítico, por qué se ha confirmado o rechazado la hipótesis de partida. Estos tres procesos conforman el núcleo operativo del pensamiento científico, si bien el proceso de la diseminación del conocimiento científico incluye otro paso fundamental, que es el de lo que podríamos llamar “control de calidad”, o revisión por pares. Antes de que un texto científico se publique, el comité editorial de la revista donde haya sido enviado lo reenvía a su vez a dos o tres científicos expertos en el área de trabajo, para que actúen de árbitros. Las caracterísitcas que debe poseer un árbitro son la competencia en el tema, la imparcialidad y, a ser posible, el ánimo constructivo. Este proceso limita la posibilidad de que se publique información irrelevante o fraudulenta, aunque como se sabe no puede impedirlo del todo. Pero la verificación de la calidad del texto o revisión por pares es esencial en la rutina científica.

Como es natural, existen procesos alternativos de gestión del pensamiento. En concreto, me voy a referir a dos: el que comparte sus fases iniciales con el procedimiento científico, y el que pretende hacerlo. Al primero puede llamársele comportamiento paracientífico, emulando a Daniel Janzen (quien acuñó el vocablo “parataxónomo” para los técnicos en identificación, que no poseen necesariamente formación científica; de igual manera, las “parafarmacias” no son exactamente farmacias); el segundo es el célebre proceder pseudocientífico. Me parece importante dedicar algo de atención tanto a la paraciencia como a la pseudociencia, por el interés que tiene hoy día delimitarlos bien para evitar contribuir al marasmo de imprecisión léxica y, sobre todo, conceptual.

La dinámica paracientífica comparte sus fases iniciales con la científica. El paracientífico observa un fenómeno natural, normalmente de manera minuciosa, rigurosa y sistemática, y lo interpreta (es decir, imagina una hipótesis lógica). En ocasiones, incluso la compara con otras observaciones, pero no siempre; en todo caso, no produce un contraste de hipótesis analítico, y su gestión del proceso de acercamiento a la realidad carece de verificación por pares (o éste es deficiente). De esta manera, se podría definir paraciencia como el proceso inductivo de pensamiento formalmente lógico pero no deductivo, generado sin asumir la naturaleza de la ciencia positiva actual. Carece de contraste y verificación, o el contraste es pobre. La cuestión importante es cuál es el papel que desempeña la paraciencia en la generación de conocimiento, y si la paraciencia es válida o no. En mi opinión, es fundamental, en tanto que conduce al registro metódico de datos, siempre que éstos sean validables o contrastables (a través de elementos o muestras comprobables), y en tanto que se reconozca como tal, y no pretenda ser lo que no es. La importancia de la actividad paracientífica queda en evidencia constatando el hecho de que todos los científicos nos entregamos a la paraciencia en algún momento u otro. En realidad, la mayor parte de la paraciencia esta producida hoy día por aficionados o ciudadanos comunes; debería denominarse, pues, colaboración con la ciencia (y no “ciencia ciudadana”, como se ha popularizado de manera simplista; https://joseluisyela.wordpress.com/2021/11/28/paraciencia-y-parataxonomia/).

La pseudociencia, por el contrario, fundamenta sus conclusiones en observaciones no sistemáticas (a veces, incluso, únicas), de manera que éstas están basadas en la interpretación intuitiva de creencias o pareceres, que la mayor parte de las veces no se ajustan a una secuencia estrictamente lógica. Por lo tanto, la pseudociencia puede definirse como conjunto de ideas concebidas a través de procesos mentales inductivos, no formalmente lógicos ni científicos -aunque lo pretendan-, ni siempre empíricos, que desconoce los fundamentos del pensamiento científico -antes nombrados- y que carece por completo de verificación o contraste riguroso. Muchas veces, los pseudocientíficos confunden la ciencia, como proceso racional operativo de acotamiento de incertidumbre, con la actitud o posición de los científicos, lo cual no es sino una demostración más de su desconocimiento de la naturaleza de la ciencia. Sobre los distintos significados de la palabra, puede consultarse https://joseluisyela.wordpress.com/2014/01/08/ciencia-2/.

Dicho esto, conviene también dedicar alguna atención a definir tres ideas centrales de toda la ciencia biológica, que a su vez representan tres pilares básicos que todo entomófilo debe tener presentes, aun de forma elemental: evolución, población y estadística.

La evolución por selección natural, tal como fue concebida por Charles Darwin, ampliada por la escuela sintética o neodarwinista y remodelada por la biología del desarrollo, la epigenética y la teoría del nicho, representa el mecanismo fundamental de cambio en los organismos vivientes, de manera que no es exagerado afirmar, como hizo Theodosius Dobzhansky, que “nada tiene sentido en biología si no es desde la óptica de la evolución”. La cuestión es relevante por cuanto que, a la luz de la evolución, la taxonomía deja de ser una mera técnica de identificación y clasificación y se convierte en una ciencia que explora el trasfondo biológico que se esconde tras los nombres que tradicionalmente se han dado a los diferentes taxones. En cierto modo, la taxonomía evolutiva no es otra cosa que la parte de la sistemática que considera la dinámica evolutiva de los nodos filogenéticos más cercanos, es decir, los procesos microevolutivos responsables de la riqueza genérica, específica e infraespecífica. Identificar especímenes, por tanto, no es solo otorgarles un nombre; es tratar de comprender qué significa ese nombre en el contexto de los procesos microevolutivos que está experimentando el linaje que lo representa. O dicho de otra forma, y generalizando, identificar significa indagar en la naturaleza de los fenómenos biológicos subyacentes a las especies nominales (o nombres otorgados a lo que tradicionalmente se han considerado especies). Desde esta perspectiva, identificar está fuera del alcance de cualquier personal no entrenado en los principios de la biología contemporánea.

Los organismos no se distribuyen naturalmente de forma homogénea en el medio, sino que forman agregados locales más o menos discretos de individuos, llamados poblaciones. Las distintas poblaciones están más o menos interconectadas entre si por individuos migrantes. A mayor flujo de individuos entre poblaciones, en virtud de una menor existencia de barreras entre ellas (y, por tanto, de mayor conectividad), menor diferenciación genética entre los individuos de dichas poblaciones, y al contrario.  Cuando estudiamos las propiedades biológicas de una población, no es factible estudiar cada individuo por separado; por tanto, elegimos al azar un subconjunto de individuos de la población total, los estudiamos e inferimos las propiedades de la población de las de los individuos estudiados. A este subconjunto se le llama muestra. Una muestra es tal, estadísticamente hablando, cuando sus propiedades son las mismas que las de la población; si no, no es una muestra, es un simple subconjunto.

De lo anterior se entiende fácilmente que la estadística representa el lenguaje indispensable para estudiar las propiedades biológicas de las poblaciones de organismos. En realidad, la estadística es el lenguaje universal de la ciencia, como “disciplina [científica] que estudia la variabilidad, recolección, organización, análisis, interpretación y presentación de los datos, así como el proceso aleatorio que los genera siguiendo las leyes de la probabilidad” (https://es.wikipedia.org/wiki/Estad%C3%ADstica). Puede entenderse fácilmente hasta qué punto es clave con relación a la Zoología a través de esta frase: “Todos los problemas zoológicos, sin excepción, han de ser referidos a poblaciones. Su estudio válido implica inferencias de las muestras a las poblaciones. Estas inferencias son, por definición, estadísticas. Los zoólogos profesionales no pueden considerarse ya competentes si no tienen al menos unas nociones elementales de este aspecto de la metodología zoológica” (George G. Simpson, A. Roe & Richard C. Lewontin, 1960, Quantitative Zoology).

¿Cuál es la razón de esta larga introducción de corte epistemológico? Por un lado, intento que sirva de reflexión general sobre cuestiones fundamentales sobre las que pasamos de largo muchas veces, pero que es crucial tener el cuenta. Por otro, para justificar una experiencia personal de tipo entomológico en la que estoy atrapado de lleno, y a la que trato de buscar salida. No soy el único que la padece, ni mucho menos.

Durante los últimos años, he participado o dirigido algunos proyectos de investigación destinados a poner a punto una plataforma digital de gestión de información entomofaunística, llamada GeoBrink (http://geobrink.uclm.es/Geobrink/). Esta plataforma alberga varias bases de datos masivas, entre ellas FAUNOCIB, que es la base de datos que recopila la información faunística de lepidópteros noctuoideos cuadrífidos del área iberobalear. En el marco del último proyecto (IBERARTRO, JCCM: SBPLY/17/180501/000492) he trabajado intensivamente en la elaboración del Atlas de distribución de los noctuoideos cuadrífidos de dicho área, tarea que no está concluida todavía. La experiencia, a la que he dedicado ya unos ocho años, se ha convertido en algo parecido a una tortura. FAUNOCIB, y en particular el Atlas, se basa en la transcripción de la información faunística contenida en aproximadamente 2.000 obras, entre libros, artículos y notas de todo tipo. En total, se han compilado casi 400.000 registros de 848 especies nominales. La cuestión crítica que ha ido poniéndose en evidencia con mayor insistencia a medida que avanzaba el proyecto es hasta qué punto los registros son fiables o no. La tarea de validación de las citas, a través del contacto directo con los autores, del examen directo de ejemplares o en algunos casos de la comprobacón por fotos, ha reducido la base de datos FAUNOCIB hasta los aproximadamente 250.000 registros validados de que consta en este momento. Son demasiados los registros erróneos y, sobre todo, las dudas sobre la identificación de los individuos a los que ha habido que prestar atención. En definitiva: tenemos un problema serio, y algo importante está fallando en todo este proceso. Algunos ejemplos de citas erróneas o dudosas que dificultan el manejo de la información faunística son producidas por:

  1. Desconocimiento (escaso rigor por parte de los autores). Un ejemplo: Euxoa nevadensis Corti, 1928 es un endemismo criooromediterráneo nevadense, inconfundible a pesar de su variación intraespecífica. Recientemente, sin embargo, ha sido citada de Valencia, Palencia y Marruecos. En función del examen de las citas a través de los autores o de terceros, se han podido reidentificar los individuos como adscribibles a Euxoa powelli (Oberthür, 1912), E. cos (Hübner, [1824]) y E. canariensis Rebel, 1902.

En casos como éste, ¿de quién es el problema? ¿Solo de autores demasiado audaces? ¿O también de editores poco rigurosos y de evaluadores poco idóneos? ¿De todos?

2. Especies polimorfas: Pueden dar lugar a identificaciones erróneas. Un caso muy evidente es el de las formas de Apamea anceps ([Denis & Schiffermüller], 1775), en concreto las denominadas f. siegeli Berio y f. mazeli Lutran, totalmente distintas de la forma nominal:

¿Son correctos todos los registros de esta especie ampliamente distribuida y común? ¿Sobran algunos en el mapa correspondiente, por haber sido asignados a otras especies? ¿Cuántos faltan?

3. Especies supuestamente parecidas, mal conocidas por la mayor parte de los aficionados a la noctuidología: también son causa frecuente de identificaciones erróneas. Un caso común es el de la confusión de Denticucullus mabillei (D. Lucas, 1907) (derecha) por Denticucullus pygmina (Haworth, 1809) (izquierda):

¿Todos los registros de esta especie meridional son correctos?  ¿Cuáles sobran? ¿Cuántos faltan?

4. “Especies” (semiespecies, UESs…) crípticas: dan lugar a identificaciones dudosas y registros igualmente dudosos. En un caso como el de Diachrysia chrysitis (Linnaeus, 1758) y Diachrysia stenochrysis (Warren, 1913), que son con toda probabilidad dos unidades evolutivas en proceso de segregación, y que son indistinguibles la mayoría de las veces, se hace virtualmente imposible adscribir los registros a una forma o a la otra.

5. Especies crípticas: dan lugar a identificaciones dudosas. En el caso de especies bien definidas genital y genéticamente, como pueden ser Mesapamea secalis (Linnaeus, 1758) y Mesapamea secalella Remm, 1983, pero que son externamente idénticas dentro de su variación, se hace virtualmente imposible adscribir los registros a una forma o a la otra.


6. Ausencia de material que examinar, en ocasiones en las que solo se dispone de fotos, que en infinidad de situaciones se refieren a individuos atípicos o defectuosos o recolectados en localidades “imposibles”.

En este caso no hay solución. Ha de recordarse que la toma de muestras para su contraste posterior es consustancial a la ciencia.

7. Datos no confirmados. Un ejemplo: Coranarta restricta Yela, 2002 no ha vuelto a ser registrada fehacientemente desde 2000, lo que hace pensar que, dado su carácter relicto, haya podido extinguirse, puesto que desde hace años se busca intensamente en todos los lugares en que fue encontrada, sin resultado positivo. Sin embargo, se extiende el rumor de que ha sido encontrada por unos conocidos entomólogos finlandeses, lo cual se trata de esgrimir como prueba de que no se ha extinguido. Pero no se ha publicado la cita, no se conocen fotos ni los autores quieren revelar la localidad concreta.

¿Se pueden tener en cuenta informaciones como ésta en cuenta?

Por otro lado, también existen numerosos ejemplos de resolución de los problemas taxonómicos planteados por citas dudosas. Hay especies que en principio son “impropias” de lugares concretos, como por ejemplo Anorthoa munda ([Denis & Schiffermüller], 1775) en Cáceres. Gracias a la colaboración del autor, Ángel Blázquez, se ha podido verificar. Y en efecto, era una cita cierta. Es importante resaltar que, en este sentido, la respuesta de [la mayor parte de] los aficionados a la entomología ha sido masiva, lo que ha supuesto un trabajo de validación ímprobo.

El siguiente paso consiste en preguntarse de dónde vienen los problemas. Para ello, es oportuno realizar un bosquejo histórico de la noctuidología en la península ibérica:

Se pueden reconocer sin mucha dificultad varios hitos importantes, pero uno sobresaliente por el avance que supuso en el conocimiento de los noctuidos ibéricos y el papel de estimulador clave de estudios alfataxonómicos y faunísticos en el ára ibérica: el libro Noctuidos españoles, de J. A. Calle (1983). Además, se puede reconocer fácilmente otro momento clave, coincidente con la generalización del uso de plataformas y foros digitales a las que los aficionados pueden subir fotos (2010). Ambos momentos están simbolizados en la figura anterior por barras transversales rojas. Si se representan tanto el aumento de la información faunística a lo largo del tiempo (con datos tomados de FAUNOCIB en GeoBrink) como la variación de la calidad de la información a lo largo del mismo periodo (de acuerdo con una extrapolación ajustada y suavizada, según información obtenida y analizada en TFGs), obtenemos dos funciones claramente contrastantes:

En líneas generales, la cantidad de registros aumenta lentamente desde aproximadamente mediados del siglo XIX hasta 1983, cuando se publica el mencionado libro “Noctuidos españoles”, con un ligero aumento inmediatamente anterior, debido a la actividad desarrollada desde SHILAP y la Societat Catalana de Lepidopterología. Un segundo aumento se produce con la llegada de los foros sociales de Internet. Por el contrario, y con sus altibajos (suavizados en la figura), la calidad de la información -como porcentaje de aciertos frente a errores de identificación- permaneció más o menos constante hasta poco antes de la publicación del mencionado tratado, y después fue descendiendo progresivamente, si bien parece que la avalancha de errores de identifiación tiende a frenarse. Las causas del aumento de registros se deben fundamentalmente a 1. el incremento progresivo de obras de referencia, 2. a la aparición y desarrollo de Internet, y 3. como consecuencia de lo anterior, al incremento de interesados en los noctuoideos. Las causas del descenso de la calidad de la información taxonómica pueden deberse a 1. la facilidad en el acceso a Internet de cualquier ciudadano y al hecho de que cualquiera puede dar su opinión, fundamentada o no, sobre cualquier imagen, y 2. a la falta de interés por parte de la mayor parte de los usuarios por el estudio detallado y continuo. La inmensa mayor parte de las figuras de noctuoideos subidas a Internet lo son con el ruego de que sean identificadas, lo que en no pocas ocasiones adopta el pintoresco procedimiento, ajeno a toda dinámica científica, de identificación “por votos”. Es de destacar la aparición brusca de multitud de “expertos”, cuyo grado de formación es muy variable. Pocas personas se toman el trabajo de formarse seriamente.

Así pues, queda identificado el problema próximo como la aparición/publicación de una avalancha de información faunística no convenientemente contrastada tanto en Internet como en las revistas del ramo, y los problemas últimos en la falta de experiencia de la mayor parte de los supuestos expertos que identifican en Internet y en el papel de los editores, de los comités editoriales y de los revisores, en el caso de los textos impresos. Todo esto conduce a que cuando se usa la información taxonómica y faunística imprecisa en proyectos de mayor amplitud (como, por ejemplo, GeoBrink), especialmente cuando se trabaja con grupos hiperdiversos, relativamente mal conocidos pero que han captado la atención de los aficionados y del público en general -por su vistosidad, ubicuidad o cualquier otra razón-, se haya de invertir una cantidad exagerada de tiempo validando la información. Y “minuto invertido en validar por parte del científico, minuto perdido en analizar, concluir y proponer soluciones.”

Hasta aquí, el diagnóstico de las causas del problema. Pero es necesario también proponer algunas salidas satisfactorias y operativas, al menos de manera provisional. En este sentido, parece indispensable reclamar la búsqueda de mecanismos para que la validación taxonómica y faunística se produzca antes de la publicación en papel, función en la que editores, comités editoriales y revisores especializados tienen mucho que decir. Sin embargo, en relación con la subida de información gráfica o escrita a las redes y plataformas sociales, la cuestión es mucho más complicada, porque como es natural la inmensa mayor parte de éstas funcionan al margen de la rutina científica, por mucho que haya quien les otorgue -torpemente y de manera oportunista, en mi opinión- el nombre de iniciativas de “ciencia ciudadana”. Puesto que en Internet cualquiera se permite identificar imágenes, quizá convenga dedicar un par de líneas a delimitar el significado del proceso de identifiación y, de paso, el de validación.

¿Quién puede estar en condiciones, en rigor, de identificar de forma fiable? Si asumimos que el nombre al que se adscribe una foto subida a Internet debe corresponderse con el tipo de la especie nominal, entonces está claro que ese papel debería corresponder principalmente a quienes dominen esta cuestión. Subsidiariamente, podría corresponder también a quienes tuvieran una formación sólida a través del estudio. Ya se ha comentado que el proceso de identificación, en un contexto evolutivo, no puede asimilarse solamente con la asignación de un nombre en función de criterios de semejanza; a lo sumo, un proceso de este tipo cabría ser denominado “paraidentificación”, lo que puede ser suficiente para satisfacer cierto tipo de objetivos primarios, pero que desde luego no garantiza la correspondencia del nombre con la especie nominal en grupos complejos. Naturalmente, a esto hay que añadir que al menos en el caso de los lepidópteros, cuyo diseño y color suelen corresponderse relativamente bien con especies nominales concretas -si dejamos al margen el fenómeno de la cripticidad-, los adultos se deterioran con facilidad, y muchas veces la asignación de un nombre es poco fiable. La luz con que se tomen las fotos y en general la calidad de éstas son con frecuencia también una causa de dudas en relación con la asignación de nombres.

Respecto a la validación de la información que circula libremente por Internet, el asunto está abierto. Entre otras razones, porque la idea misma de validación no está suficientemente clara. Podríamos definirla como la acción de constatación de que la asignación de un nombre a un individuo fotografiado se corresponde con la especie nominal, tal como queda definida por el tipo o por la información subsecuente publicada en la bibliografía de referencia. Y de nuevo, ¿quién está en condiciones de validar? Quienes dominen con soltura la alfataxonomía del grupo bajo estudio, siendo la alfataxonomía una ciencia, sujeta al procedimiento hipotético-deductivo, y no una paraciencia, que a lo más que conduce es a asociar imágenes con nombres. Por lo tanto, puede arguirse con fundamento que la validación tiene que estar en manos de personal especializado, con formación biológica sólida y conocimiento amplio y detallado del grupo bajo estudio.

Todas estas cuestiones han sido discutidas durante los últimos días con un grupo de entomólogos de renombre, en concreto Joaquín Baixeras, Mario García París, Enrique García-Barros, José Antonio Hódar Correa, Joaquín Hortal, Jorge Lobo, Miguel López Munguira, Marcos Méndez, Vicente Ortuño, David Sánchez Fernández y Alberto Tinaut. El intercambio de opiniones sobre si es preferible la calidad a la cantidad se ha centrado particularmente sobre si parece más recomendable actuar primero y luego pensar, es decir, subir cuanta más información posible a las redes para que no se pierda nada, y refinar (validar) después, o más bien es más aconsejable pensar primero y actuar después, es decir, validar antes de subir la información, con objeto de maximizar las probabilidades de acierto.

Hay discrepancias entre nosotros. La mayor parte es partidaria de la segunda opción; pero algunos se muestran decididamente a favor de la primera. Creo que esto está claramente correlacionado con el grupo de insectos con que trabaja cada uno. Los partidarios de la segunda opción trabajan con grupos cuyas especies se identifican fácilmente, hablando en general, como sucede con las mariposas diurnas. Que entre 10.000 citas europeas anuales de Anthocharis cardamines haya 200 hembras confundidas con Euchloe sp no supone un problema mayor; de hecho, no hay muestra, por depurada que esté, que no contenga un cierto porcentaje de error. También lo son quienes trabajan con grupos a los que virtualmente nadie presta atención, salvo los verdaderos especialistas, como sucede, por ejemplo, con los escarabéidos afodinos. El resto parece partidario de la primera opción, es decir, de la  validación a priori.

En lo que hay acuerdo unánime es en que el asunto es interesante e importante, y es imprescindible una discusión a fondo y una toma de decisiones, antes de que sea demasiado tarde.

Agradecimiento: agradezco a la junta directiva de SEACAM, y en especial a Nuria Cardo Maeso, haberme permitido exponer estas ideas, para ir abriendo debate. Agradezco profundamente la labor que mi mentor inicial, José A. Calle, desarrolló en favor de la caracterización y el estudio de la distribución de los noctuidos ibéricos. Agradezco inmensamente su ayuda al enorme número de colaboradores, tanto entomólogos como aficionados a la entomología, sin cuyo esfuerzo mis proyectos, que son también suyos, serían irrealizables (FAUNOCIB, Atlas, Fauna Ibérica: Noctuoidea). Agradezco la aportación de ideas y la discusión de éstas (en concordia, pese a las frecuentes discrepancias) con mis colegas Joaquín Baixeras, Mario García París, Enrique García-Barros, José Antonio Hódar Correa, Joaquín Hortal, Jorge Lobo, Miguel López Munguira, Marcos Méndez, Vicente Ortuño, David Sánchez Fernández y Alberto Tinaut. No quiero acabar sin recordar muy especialmente a Marian Ramos, impulsora incansable del proyecto Fauna Ibérica; su apoyo, a través de numerosos intercambios de puntos de vista, ha sido clave como sustrato para que ésta y otras ideas pudieran irse concretando.

Publicado en Ciencia, Cuaderno de campo | Deja un comentario

Nuevos paradigmas rabaneros

Normalmente me cuido de comentar payasadas. Pero es que la ínclita esta vez ha descubierto un nuevo paradigma estadístico, y eso no puede pasar inadvertido. Dice la excelsa que «una cosa son los datos, otra los hechos.» Pura ontología.

A ver, enteraílla. Si los datos no reflejan los hechos, ¿me quieres decir qué coño reflejan?

Y luego nos quejamos de lo que pasa en Doñana. Si es que… me callo.

Publicado en Aquí y ahora | Deja un comentario

Conocernos

«Conocer mejor las obras de los demás es una forma de conocernos mejor a nosotros mismos.» Se me ha olvidado dónde diantre he leído esto tan certero. Mis disculpas al autor extraviado.

Publicado en Frases y citas | Deja un comentario

Cómo deciros

¿Cómo os podría yo decir, a quienes insistís, que entiendo perfectamente el juego de intereses que se dirime estos días, pero que no hay una sola alternativa, que yo conozca, que ponga la atención en aquello que a mí me parece esencial para poder salir razonablemente bien adelante, como unidad social, en la coyuntura actual? ¿Cómo podría argumentaros para que dejéis de enviarme señales más o menos explícitas para que me incline por esta o esta otra opción política, cuando aquella por la que yo me inclinaría está en otra esfera y se rige por otros principios, que, solo por empezar, conciben la política como un arte de servicio, no como una opción profesional de promoción personal y social y de desprecio de las alternativas como razón fundamental para competir positivamente contra ellas? ¿Cómo deciros que estos días no he leído consigna alguna que no me haya parecido, en un grado u otro, una ofensa a la inteligencia, y que no he visto retrato de candidato en los carteles cuya mirada se me haya antojado limpia y que, en el fondo, no me haya parecido él mismo un simple monigote, del primero al último?

¿Cómo deciros que quizá os vendría bien, incluso como medida de higiene mental, plantearos la posibilidad de hacer un esfuerzo por salir de esto que, en este momento, no es otra cosa que redil, en vez de comunidad?

Que alguien me convenza -con argumentos sólidos, no con cuñadeces- de lo contrario, o calle para siempre.

(Y por favor, apagad la tele. Salid a respirar aire, mientras quede algo)

Publicado en Sociedad, economía y política | 8 comentarios