De coña

26-08:

¡Pero bueno! ¿No era casi imposible reformar la Constitución? ¿Y ahora, de pronto, se ponen de acuerdo todos los mandangos que nos chulean, totalmente a espaldas de la opinión soberana (jeje) de los ciudadanos, para reformarla, independientemente de que la medida sea oportuna y conveniente o no? Pues nada, ya que quieren modificarla, podrían aclarar en ella que eso de que «la soberanía reside en el pueblo» era broma. Qué menos, ¿no?

Verdaderamente, esto está alcanzando cotas asombrosas de caciquismo. Huele pero que muy mal. Terriblemente mal.

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27-08:

Hoy se ha publicado un artículo sobre la tropelía esta con el que no puedo estar más de acuerdo:

¡No lo hagan así!

(http://www.elconfidencial.com/opinion/notebook/2011/08/27/no-lo-hagan-asi-7853/)

José Antonio Zarzalejos.-  27/08/2011

En algún momento del fulminante proceso de reforma constitucional que, por sorpresa, planteó Zapatero el pasado martes, conoceremos el contenido de la carta que recibió Moncloa en julio pasado firmada por el presidente del BCE. Tras forzar sus estatutos, el Banco Central Europeo adquirió deuda soberana de Italia y de España por un importe de 22.000 millones de euros. Como el cartero siempre llama dos veces -la primera lo hizo en mayo de 2010-, Trichet pasó la cuenta: el Gobierno debía dar una vuelta de tuerca y atenerse a las indicaciones del directorio franco-alemán y garantizar al máximo nivel legal el pacto de estabilidad presupuestaria, es decir, constitucionalizar que todas las administraciones públicas se atendrán a unos gastos que se correspondan con sus ingresos, salvo en supuestos excepcionales como los contemplados enla Ley Fundamental alemana.

 Dicho y hecho. Zapatero, culminando su franciscana docilidad a los «mercados», en pleno agosto, con la sociedad desmovilizada, aceptó por partida doble lo que le imponían Trichet, Sarkozy y Merkel y, aunque tardíamente, la reiterada petición del PP cuyo criterio al respecto ha sido avalado por las instituciones dela UE.

Desde un punto de vista jurídico, la operación de reforma constitucional por el procedimiento rápido y expeditivo no tiene tacha, salvo que un número suficiente de diputados y senadores logren que se tramite mediando un referéndum popular. Cabía una alternativa más coherente con el momento presente: elaborar una ley -incluso orgánica- que obviase la alteración dela Constitución y estableciese el equilibrio fiscal en todas las escalas de las administraciones en España. Al parecer, las exigencias a las que debe someterse Zapatero son tan humillantes que no le permiten esa lógica alternativa.

 El presidente ha urdido un acuerdo que satisface al PP -es lógico, porque le evita afrontar este tema después del 20N y le da la razón a Rajoy que venía reclamando esta medida-, pero que encrespa a su partido porque políticamente no tiene un pase. La reforma no va a ser fruto de un gran debate nacional (partidos, sindicatos, empresarios, sociedad civil); no logrará la adhesión de los nacionalistas porque la limitación del déficit incide en su autogobierno y quiebra al PSOE que, como todo socialismo, quiere jugar con el margen del déficit para vestir sus tan traídas y llevadas «políticas sociales». Esta es una política despótica que consiste en «todo para el pueblo pero sin el pueblo»; ésta es una política opaca y mentirosa porque no reconoce que se practica por imposición de los mercados y del directorio de la UE; ésta es una política descaradamente autocrática porque se aborda sin el más mínimo debate y por sorpresa; ésta es una política tardía porque, aunque el techo de gasto debió haberse establecido hace tiempo en la Constitución y/o en leyes ad hoc, se practica ahora para aplacar las fortísimas corrientes europeas de profunda desconfianza hacia la economía española que han mostrado su faz en agosto pero que volverán a hacerlo en septiembre y, en fin, esta política es propia de un hombre y de un Gobierno sin capacidad de previsión, sin criterio y sin convicciones.

La Constitución sólo se ha reformado una vez (en 1992 para otorgar el voto a los residentes comunitarios). Es un texto que responde a un consenso transversal del que sólo se apartaron el PNV y la Herri Batasuna de 1978. La reforma que se propone no es menor, sino estructural porque conformará un modo distinto de administrar los recursos públicos, pero que también limitará las posibilidades de prestaciones del Estado. En cierto modo -al afectar también a la capacidad de gasto de las comunidades autónomas- incide sobre la amplitud de su autogobierno. Por ello, esta reforma no debiera hacerse así sino de manera ampliamente consensuada, compartida y debatida.La Constituciónrequiere de otras reformas profundas que exigen referéndum. Esta no lo requiere estrictamente, pero establece un precedente muy negativo, agravado, además, por el hecho de ejecutarse de manera casi traicionera y, me atrevería a decir, casi clandestina.

 Es, por lo demás, el definitivo naufragio del PSOE en su consideración de organización de izquierda, en su sensibilidad democrática y remite a Pérez Rubalcaba al peor de los fracasos electorales.

Aunque jurídicamente aceptable, el PP debiera tener en cuenta que su aquiescencia a la manera en que Zapatero le ha propuesto la reforma dela Constitución, supone una bofetada al derecho de los ciudadanos a participar en los asuntos políticos. Más aún cuando se trata de la norma de máximo rango legal. Los riesgos de acompañar a Zapatero y al PSOE en esta operación son muy altos. Podrían haberse evitado si Rajoy, aun aceptando la reforma, la hubiese remitido a enero de 2012 como un compromiso electoral indeclinable pero que se realizaría con la sensibilidad democrática que ahora se echa en falta. Es verdad que el PP ha querido la constitucionalización del equilibrio fiscal; es igualmente cierto que Rajoy lo ha manifestado dentro y fuera del Parlamento; es también cierto que el techo de gasto obligatorio ha sido vertebral en el planteamiento económico-financiero del Partido Popular. Pero siendo todo esto así, también lo es que esta última y descalabrada, dócil e improvisada medida que ha urdido Zapatero por imposición ajena, no merecía ni su apoyo ni su comprensión.

 Si fuese posible, y quizás aún lo sea, ¡No lo hagan así! Porque de esta manera como actúa el PSOE y su Gobierno es la propia de los déspotas. Y son ya años -demasiados- de incompetencias, errores y decisiones torticeras. La democracia no está para vapulearla: consiste en procedimientos pautados de participación y referencias éticas que en estos años se han deteriorado hasta límites insospechados. Esta reforma constitucional fulminante, sorpresiva e impuesta es un colofón de la desgraciada trayectoria política del PSOE y de su máximo dirigente, Rodríguez Zapatero.

Acerca de Anarchanthropus crapuloideus

Calvo, feo, gordo y tontorrón. Este es mi perfil de acuerdo con quien más valor tiene para mí, mi adorado -y guasón- hijo Mateo. Podría añadir que soy una especie de anarcántropo crapuloideo. Pero buena gente, ¿eh?. Así que después de la presentación inicial, el resto así como más en serio: Lo mío son las cosas bien hechas, con gusto y paciencia. Me gusta el silencio, la calma. Me gusta cultivar la tierra, hacer la comida a la brasa, hacer pan, conservar las costumbres ancestrales. Me gustan las miradas firmes de las personas sin dobleces. Me gusta la esencia. Y la forma también, sí; pero sobre la esencia. Me gusta la soledad, compartida o no. Me aburren y me irritan la mediocridad rampante y la falsedad, la corrupción, la incapacidad y la indolencia que dominan nuestro día a día. Me enojan los “esclavos felices”. Soy raro, dicen. No encajo bien en los moldes convencionales. En muchas situaciones estoy a la contra. Si la inteligencia es la propiedad de adaptarse bien a cualquier circunstancia, no soy particularmente inteligente. Soy un intelectual inquieto, apasionado del mundo natural. Me fascina la vida. Y el color, los paisajes (¡el Alto Tajo!), el agua limpia, los animales silvestres (en especial los insectos, y sobre todo las mariposas), la montaña, el mar, las flores… Me hice biólogo, aunque padecí mucho durante la licenciatura; mi interés por el mundo natural me ha llevado a ser profesor universitario de Zoología y Conservación Biológica (también me entusiasma la docencia) y a fundar un grupo de investigación. Si no hubiera sido biólogo hubiera sido músico; me cautiva la música. U hortelano. O pintor. O... soñador de vencejos y hadas. No tengo estilos musicales preferidos, sino músicos preferidos: siempre se ha hecho buena música, y yo creo que ahora también (en contra de lo que opinan algunos críticos). Una relación de la música que más escucho se encuentra en http://www.last.fm/user/Troitio. Me entusiasman también la pintura y la literatura, tanto para disfrutar las creaciones ajenas como para crearlas yo mismo. Algunas frases ajenas que me han acompañado a lo largo de la vida: “Piensas demasiado para ser feliz” (dicha por la madre de la niña que más me gustó en mi adolescencia y primera juventud; yo no he estado de acuerdo en lo de que pensar “demasiado” te impida ser feliz, y de hecho me considero un privilegiado respecto a la felicidad). “Deja ya las mariposas, que no te van a dar de comer” (dicha por mi abuela paterna, que no entendía bien mi afición precoz, y que a la postre también se ha demostrado que era errónea, porque desde luego que me han dado de comer, a pesar de dedicarme a ellas y de hacerlo a contracorriente de las modas productivistas dominantes). "¿Cómo una persona que es en sí por completo un método, puede comprender mi anarquía natural?" (Richard Wagner). "Sólo aquel que lleva un caos dentro de sí puede alumbrar una estrella danzarina" (Friedrich W. Nietzsche). "Creo que en la sociedad actual nos falta filosofía. Filosofía como espacio, lugar, método de reflexión, que puede no tener un objetivo concreto, como la ciencia, que avanza para satisfacer objetivos. Nos falta reflexión, pensar. Necesitamos el trabajo de pensar, y me parece que, sin ideas, no vamos a ninguna parte." (José Saramago). "El ruido de las carcajadas pasa. La fuerza de los razonamientos queda." (Concepción Arenal). "Estamos aquí para desaprender las enseñanzas de la iglesia, el estado y nuestro sistema educativo. Estamos aquí para tomar cerveza. Estamos aquí para matar la guerra. Estamos aquí para reírnos del destino y vivir tan bien nuestra vida que la muerte tiemble al recibirnos". (Charles Bukowski. ¿O ésta es de Homer Simpson?).
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