Hay capítulos en la vida de uno que son un punto y aparte.
Para mí la música siempre ha sido clave y he tenido facilidad para ella. De hecho, con menos de tres años tarareaba la quinta de Beethoven y la sinfonía del Nuevo Mundo, según me contaron mis padres muchas veces, y más adelante sacaba las mejores notas en música en el colegio, donde llegué a formar parte de un coro de 7 niños que resultó de una selección de compañeros que el profesor, Herr Liehrmann (porque fui al colegio Alemán), hizo de entre los componentes del coro general. Aprendí a tocar la flauta dulce (soprano y tenor), y a punto estuve de aprender a tocar el violín. Pero circunstancias adversas no lo permitieron. En Enero de 1978, en plena ruptura con los moldes que el entorno social más próximo proponía para mí, me compré una guitarra española, con la que aprendí a tocar rápidamente y por mi cuenta. La verdad es que apenas sabía rasgarla cuando, en Septiembre de ese año, Toño, un amigo de Trillo que tenía un grupo con sus hermanos, me pidió que si podría tocar con ellos, porque Juan Ramón, el mayor, estaba atendiendo compromisos profesionales (en el ámbito de los grupos que producía Juan Pardo; creo que en aquel momento tocaba el bajo con Daniel Velázquez, aunque después cantaría en la Red de San Luis, antes de trabajar en Barrio Sésamo junto a Espinete como Chema el panadero). De esta forma, 9 meses escasos después de comprarme mi primera guitarra, me estrené con los Encarnitos, que así llamaban al grupo (en honor a la madre de mis amigos). Yo toqué con ellos en las fiestas del Sanatorio de Trillo cinco años, hasta el 83 (la fecha está confundida en el texto que adjunto más abajo), año en que el grupo se disolvió como tal.
4-10-1979, Sanatorio de Trillo. Toño al órgano, Juan cantando y yo a la guitarra
3-10-1979, Sanatorio de Trillo.
Además, a partir de 1980 toqué con ellos por los pueblos en verano, lo que aparte de suponer una de las mayores diversiones que recuerdo me proporcionaba unas perrillas muy majetas, con las que durante el curso me podía ir pagando muchos de mis gastos. El mayor desparrame que recuerdo fue en Torrecuadradilla, donde yo creo que no quedaba persona sobria en la plaza (incluidos nosotros). Memorables fueron también la verbena de Mayo del 80 en Trillo, en el frontón, recién inaugurado el pub, ocasión en la que rompí hasta 3 cuerdas de la guitarra… y seguí tocando; las fiestas de La Puerta de 1979, donde se nos unieron unos nacientes Secretos ya hacia las 3 de la madrugada, lo que acabó con suelta de vaquilla; y la fiesta de los camareros de Brihuega, también en 1980, donde tocamos en la alameda frente a no sé cuántos miles de personas y de algo así como de teloneros de los (horrorosos y pijísimos) Hombres G, que evidentemente eran las estrellas, claro (pero nosostros sacamos nuestra renta, como no podía ser menos).
2-10-1980, Sanatorio de Trillo («message in a bottle…»)
4-10-1980, Sanatorio de Trillo. Casi al completo: Toño, Juan, yo y Manolo. Toni, al bajo, quedó detrás de Manolo.
Nines, la mujer de Toño, ha escrito un breve artículo, muy entrañable para mí, sobre los Encarnitos. Ha sido publicado ya en varias revistas alcarreñas (http://www.henaresaldia.com/index.php?option=com_content&view=article&id=10634:el-grupo-de-musica-los-encarnitos-de-trillo&catid=1:hemeroteca&Itemid=50; http://www.guadanews.es/noticia/5920/TENDENCIAS/quiere-saber-encarnitos.html). Lo copio a continuación, insertando algunas fotos e incluso un video (grabado por nuestro amigo Santiago Moreno en 1981, año en el que tocamos nada menos que en las fiestas de Trillo, un sueño por aquel entonces para nosotros, acompañados a ratos por el entrañable y genial Armando Lorente, muy amigo de Juan Ramón):
“El conjunto, formado por los hijos de Encarna y biznietos de la “tía Encarnación” no podía llamarse de otra manera más que “Los Encarnitos”. Con este nombre es como se les conoció desde bien pequeños a los hermanos Juan Ramón, Toño y Manolo Sánchez Guinot, hijos de Encarna y de Ramón. Actuaron en Trillo y sus pedanías durante los años 70 y 80. Hoy todavía se reúnen para tocar en ocasiones especiales.
Los Encarnitos empezaron a tocar, bien pequeños, en el pueblo de Trillo, vestidos de heraldos, con sus trompetas, anunciando unas fiestas patronales. Corría el mes de septiembre del año 1968. [Por cierto: tengo una película de super 8 y un vídeo sobre esto]. Entonces sus edades no pasaban de los 10 años. Estas primeras actuaciones, unidas al gran interés en el aprendizaje musical que mostraron desde su infancia, les llevaron a crear su propio grupo que en sus primeros días de vida tuvo la oportunidad de participar en un concurso musical para jóvenes talentos. Juan Ramón a la guitarra, Toño al teclado, y Manolo en la batería, recibieron el primer premio.
A partir del reconocimiento y a pesar de su corta edad, en el inicio de los años 70 comenzaron a tocar con frecuencia en la fiesta de San Francisco de Asís del Sanatorio Leprológico de Trillo. Para amenizarla, actuaban en la verbena de la celebración, el 4 de octubre. Era un día de alegría para los enfermos. Sus familias acudían solícitas y, junto a los trabajadores y los propios enfermos, lo pasaban en grande. “Los Encarnitos” nunca fallaban a la cita. Año tras año las Hermanas de la congregación de San Francisco de Asís contaron con ellos a la hora de organizar la animación musical. El grupo siempre respondió. Además los vecinos de Trillo subíamos a participar de la fiesta y disfrutábamos bailando juntos. Cada año tocaban en un lugar diferente del Sanatorio: un año fue en el pabellón de mujeres, otro en el bar transformado en sala de baile…
Para los tres hermanos la festividad de San Francisco era un acontecimiento de presencia obligada. Por más cosas que pasaron en el trascurrir de los años, como el comienzo del curso escolar, el hecho de vivir en Barcelona o el ajetreo de la vida universitaria, acudieron mientras les llamaron. El último año que tocaron en el Sanatorio fue 1981 [1983, en realidad].
2-10-1983, Sanatorio de Trillo (última actuación). Toni al bajo, Juan, Toño al órgano y cantando, yo a la guitarra eléctrica y Pablo a la acústica.
También durante estos años 70 “Los Encarnitos” amenizaron con su música todos los acontecimientos adonde les propusieron tocar. Fueron a bodas y fiestas particulares, también actuaron en la fiesta de la Guardia Civil del Pilar en el cuartel de Trillo en octubre de 1979, pero lo que más hicieron fue tocar en las fiestas patronales de los pueblos de los alrededores de Trillo. Cómo no recordar que entre los años 1973 y 1981 el grupo actuó con continuidad en Azañon, Sotoca, Huetos, Torrecuadradilla, La Puerta o Morillejo, siendo este último lugar donde más años seguidos se les pudo ver.
Cuando la actuación tenía lugar en los pueblos, había que llegar hasta allí. El grupo no tenía a su disposición grandes medios. Entonces eran los tres hermanos y sus amigos quienes cargaban con sus instrumentos, altavoces, cables y micrófonos en el Seat 1500 del padre y en un segundo coche cuando se daba la rara ocasión de poder contar con él. Lo más frecuente era hacer dos viajes para acarrearlo todo. No importaba. El transporte también formaba parte de la diversión. En la mayoría de los pueblos les ofrecían alojamiento y alimentación durante los días de las fiestas.
Ensayo en «Las hueveras», local anejo a la casa de los hermanos Sánchez Guinot, en 1973. Toño (órgano), Susi (guitarra acústica), Juan Ramón (con una pedazo Gibson), Manolo (batería) y Jose (bongos).
En el año 1981 Los Encarnitos actuaron en las fiestas patronales de Trillo. Tocar en las fiestas de su pueblo fue un gran acontecimiento para ellos. Lo hicieron como se hacía entonces, en el balcón del Ayuntamiento. Allí estuvieron todos los vecinos de Trillo, juntos en la Plaza Mayor, bailando “Los pajaritos”, “El millón de amigos”, “La espinita” y los pasodobles de siempre. Igualmente quedan en la memoria colectiva trillana aquellas verbenas de verano en el frontón. Un entarimado al fondo, junto a la pared, y sobre él “Los Encarnitos” animando el ambiente. Buena música, una barra de bar y el pueblo de Trillo tenía la fiesta asegurada.
7-9-1981, balcón del Ayuntamiento de Trillo (Guadalajara). Mi atuendo no tiene precio. Y la cancioncilla tampoco. [Por cierto, que los acordes del final corresponden al «Aia», esa especie de rock medio punk medio surrealista que nos inventamos, gracias a la inspiración zurracapotera de Kike Vidania]
A lo largo de su trayectoria fueron muchos los amigos que formaron parte del grupo tocando diferentes instrumentos. Los más habituales fueron Toni Álvarez Rello, al bajo, y Josechu Yela, a la guitarra. Ellos dos, junto a Toño que seguía en los teclados y a Manolo en la batería integraron el grupo en sus últimos años en activo, desde 1978 hasta 1981 [1983]. En este periodo Juan Ramón, que se había retirado porque inició su carrera artística con La Red de San Luis, en cuanto tenía ocasión, y su tiempo se lo permitía, se unía al grupo como otra guitarra y voz más. Lo que nunca se cuestionó ninguno de los que tocaron con ellos fue cambiarle el nombre al grupo. Estaba asumido que siempre se iba a llamar Los Encarnitos.
3-10-1978, Sanatorio de Trillo. Juan, dirigiendo la «orquesta», Toño a los teclados, yo tocando una Gibson Lespol prestada que se tocaba sola, Toni, al bajo, y detrás Manolo a la batería.
A partir de 1981 [1983] cada uno de los músicos tuvo que centrarse en su vida profesional y personal. Se había terminado la época de estudiantes y ya no había tiempo para ensayos y actuaciones, pero aquel espíritu musical nunca desapareció en ninguno de ellos. En la actualidad continúan tocando por separado y en alguna ocasión especial se han unido para tocar juntos.
De aquellos Encarnitos sabemos que en abril del 2008 Juan Ramón nos dejó [https://joseluisyela.wordpress.com/2008/04/12/adios-juan-o/] y que en la actualidad Toño sigue con su teclado y su guitarra amenizando con su repertorio de canciones fiestas de cumpleaños, fiestas en chamizos y también actuaciones sociales como por ejemplo la última chocolatada de Navidad en la Residencia Fuentealegre en la que los trabajadores y los familiares bailamos con nuestros mayores y disfrutamos todos juntos como en aquellas verbenas de los años 70. Y aunque Toño va actualizando el repertorio con canciones de hoy, siempre deja un hueco para las canciones clásicas de aquellas verbenas que la generación de nacidos en el final de los 50 y en los 60 lleva en el recuerdo.»
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En la actualidad…