¿Qué esperabais?

Quince científicos españoles del colectivo Rebelión Científica, incluido en Extinction Rebelion, han sido imputados por la concentración que llevaron a cabo ante las puertas del Congreso de los Diputados con objeto de denunciar la inacción climática de los gobiernos, y se enfrentan a posibles penas de cárcel (https://www.levante-emv.com/tendencias21/2023/03/27/cientificos-imputados-denunciar-inaccion-climatica-85220389.html).

Este hecho, escandaloso, revela a mi juicio varias cuestiones básicas. En primer lugar, el carácter fundamentalmente autoritario de nuestra sociedad, ejercido por los poderes del estado y jaleado y fomentado por el ciudadano medio, carácter que tiene razones históricas bien conocidas y que se percibe a cualquier nivel y en cualquier rincón de la estructura social.

En segundo lugar, el grado de ignorancia de los españoles tanto en materia ambiental como en cuanto al significado de la ciencia, ignorancia exhibida de manera particularmente ostentosa por los sectores negacionistas y reaccionarios pero extendida a lo largo y ancho de toda la ciudadanía.

Y en tercer lugar, y en conexión con lo anterior, la carencia casi insultante de espíritu crítico, que también tiene raíces históricas bien trazables desde sus orígenes, y que conduce a la proverbial desidia de la inmensa mayoría de los ciudadanos en cuanto alguien osa esgrimir consideraciones críticas con lo establecido y aceptado, que en no pocas ocasiones está disfrazado grotesca pero eficazmente de combatividad y carácter contestatario.

Probablemente, este hecho revele también la candidez de un colectivo que, siendo su labor principal la promoción del conocimiento y el cultivo del pensamiento crítico, no haya sido capaz de darse cuenta del tipo de país en que vivimos, y ahora se rasga las vestiduras. ¿Qué esperabais, almas de cántaro?

Acerca de Anarchanthropus crapuloideus

Calvo, feo, gordo y tontorrón. Este es mi perfil de acuerdo con quien más valor tiene para mí, mi adorado -y guasón- hijo Mateo. Podría añadir que soy una especie de anarcántropo crapuloideo. Pero buena gente, ¿eh?. Así que después de la presentación inicial, el resto así como más en serio: Lo mío son las cosas bien hechas, con gusto y paciencia. Me gusta el silencio, la calma. Me gusta cultivar la tierra, hacer la comida a la brasa, hacer pan, conservar las costumbres ancestrales. Me gustan las miradas firmes de las personas sin dobleces. Me gusta la esencia. Y la forma también, sí; pero sobre la esencia. Me gusta la soledad, compartida o no. Me aburren y me irritan la mediocridad rampante y la falsedad, la corrupción, la incapacidad y la indolencia que dominan nuestro día a día. Me enojan los “esclavos felices”. Soy raro, dicen. No encajo bien en los moldes convencionales. En muchas situaciones estoy a la contra. Si la inteligencia es la propiedad de adaptarse bien a cualquier circunstancia, no soy particularmente inteligente. Soy un intelectual inquieto, apasionado del mundo natural. Me fascina la vida. Y el color, los paisajes (¡el Alto Tajo!), el agua limpia, los animales silvestres (en especial los insectos, y sobre todo las mariposas), la montaña, el mar, las flores… Me hice biólogo, aunque padecí mucho durante la licenciatura; mi interés por el mundo natural me ha llevado a ser profesor universitario de Zoología y Conservación Biológica (también me entusiasma la docencia) y a fundar un grupo de investigación. Si no hubiera sido biólogo hubiera sido músico; me cautiva la música. U hortelano. O pintor. O... soñador de vencejos y hadas. No tengo estilos musicales preferidos, sino músicos preferidos: siempre se ha hecho buena música, y yo creo que ahora también (en contra de lo que opinan algunos críticos). Una relación de la música que más escucho se encuentra en http://www.last.fm/user/Troitio. Me entusiasman también la pintura y la literatura, tanto para disfrutar las creaciones ajenas como para crearlas yo mismo. Algunas frases ajenas que me han acompañado a lo largo de la vida: “Piensas demasiado para ser feliz” (dicha por la madre de la niña que más me gustó en mi adolescencia y primera juventud; yo no he estado de acuerdo en lo de que pensar “demasiado” te impida ser feliz, y de hecho me considero un privilegiado respecto a la felicidad). “Deja ya las mariposas, que no te van a dar de comer” (dicha por mi abuela paterna, que no entendía bien mi afición precoz, y que a la postre también se ha demostrado que era errónea, porque desde luego que me han dado de comer, a pesar de dedicarme a ellas y de hacerlo a contracorriente de las modas productivistas dominantes). "¿Cómo una persona que es en sí por completo un método, puede comprender mi anarquía natural?" (Richard Wagner). "Sólo aquel que lleva un caos dentro de sí puede alumbrar una estrella danzarina" (Friedrich W. Nietzsche). "Creo que en la sociedad actual nos falta filosofía. Filosofía como espacio, lugar, método de reflexión, que puede no tener un objetivo concreto, como la ciencia, que avanza para satisfacer objetivos. Nos falta reflexión, pensar. Necesitamos el trabajo de pensar, y me parece que, sin ideas, no vamos a ninguna parte." (José Saramago). "El ruido de las carcajadas pasa. La fuerza de los razonamientos queda." (Concepción Arenal). "Estamos aquí para desaprender las enseñanzas de la iglesia, el estado y nuestro sistema educativo. Estamos aquí para tomar cerveza. Estamos aquí para matar la guerra. Estamos aquí para reírnos del destino y vivir tan bien nuestra vida que la muerte tiemble al recibirnos". (Charles Bukowski. ¿O ésta es de Homer Simpson?).
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