"Creo que en la sociedad actual nos falta filosofía. Filosofía como espacio, lugar, método de reflexión, que puede no tener un objetivo concreto, como la ciencia, que avanza para satisfacer objetivos. Nos falta reflexión, pensar. Necesitamos el trabajo de pensar, y me parece que, sin ideas, no vamos a ninguna parte." JOSÉ SARAMAGO. "Estamos aquí para desaprender las enseñanzas de la iglesia, el estado y nuestro sistema educativo. Estamos aquí para tomar cerveza. Estamos aquí para matar la guerra. Estamos aquí para reírnos del destino y vivir tan bien nuestra vida que la muerte tiemble al recibirnos". CHARLES BUKOWSKI. "Beatus ille. Carpe diem. Locus amoenus. Tempus fugit."
Ayer se celebró en el Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid un merecidísimo homenaje a la trayectoria de Vicenta Llorente, reconocida especialista en taxonomía de ortópteros. Organizó el acto la conservadora principal de Entomología, Mercedes París. Hubo palabras brillantes y muy emotivas. Las hubo sobre su trayectoria profesional, pero sobre todo, sobre su calidad humana. Qué grandes recuerdos de los tiempos en los que se entraba por el ascensor lateral, en que había que esconderse de Agenjo, en que los taxónomos conocían las especies con las que trabajaban en si mismas, y no solo a través de su perfil genético…
Me encantó Jorge Lobo, saltándose todo protocolo. Me encantó el desparpajo de Vicenta, que con 93 años sigue igual de ocurrente que siempre. Me encantó ver a tantos colegas de la vieja escuela, con ese discurso modesto y sabio que da la edad (bueno, a algunos; los hay impermeables). La vida está hecha de sinsabores y momentos grises, incluso negros; pero a veces te invade la dicha y te inunda el color, y te reconcilias, al menos momentáneamente, con esta humanidad desdichada.
Gracias, Mercedes, Gracias, Vicenta.
Al fondo, de izquierda a derecha: Mercedes París, Rafael Zardoya (ambos de pie), Jorge Lobo, Pedro Cordero, Vicenta Llorente y Juan José Presa.
Vicenta, recibiendo algunos obsequios y palabras de afecto de organizadores y asistentes.
Calvo, feo, gordo y tontorrón. Este es mi perfil de acuerdo con quien más valor tiene para mí, mi adorado -y guasón- hijo Mateo. Podría añadir que soy una especie de anarcántropo crapuloideo. Pero buena gente, ¿eh?. Así que después de la presentación inicial, el resto así como más en serio:
Lo mío son las cosas bien hechas, con gusto y paciencia. Me gusta el silencio, la calma. Me gusta cultivar la tierra, hacer la comida a la brasa, hacer pan, conservar las costumbres ancestrales. Me gustan las miradas firmes de las personas sin dobleces. Me gusta la esencia. Y la forma también, sí; pero sobre la esencia.
Me gusta la soledad, compartida o no. Me aburren y me irritan la mediocridad rampante y la falsedad, la corrupción, la incapacidad y la indolencia que dominan nuestro día a día. Me enojan los “esclavos felices”. Soy raro, dicen. No encajo bien en los moldes convencionales. En muchas situaciones estoy a la contra. Si la inteligencia es la propiedad de adaptarse bien a cualquier circunstancia, no soy particularmente inteligente.
Soy un intelectual inquieto, apasionado del mundo natural. Me fascina la vida. Y el color, los paisajes (¡el Alto Tajo!), el agua limpia, los animales silvestres (en especial los insectos, y sobre todo las mariposas), la montaña, el mar, las flores… Me hice biólogo, aunque padecí mucho durante la licenciatura; mi interés por el mundo natural me ha llevado a ser profesor universitario de Zoología y Conservación Biológica (también me entusiasma la docencia) y a fundar un grupo de investigación. Si no hubiera sido biólogo hubiera sido músico; me cautiva la música. U hortelano. O pintor. O... soñador de vencejos y hadas.
No tengo estilos musicales preferidos, sino músicos preferidos: siempre se ha hecho buena música, y yo creo que ahora también (en contra de lo que opinan algunos críticos). Una relación de la música que más escucho se encuentra en http://www.last.fm/user/Troitio. Me entusiasman también la pintura y la literatura, tanto para disfrutar las creaciones ajenas como para crearlas yo mismo.
Algunas frases ajenas que me han acompañado a lo largo de la vida: “Piensas demasiado para ser feliz” (dicha por la madre de la niña que más me gustó en mi adolescencia y primera juventud; yo no he estado de acuerdo en lo de que pensar “demasiado” te impida ser feliz, y de hecho me considero un privilegiado respecto a la felicidad). “Deja ya las mariposas, que no te van a dar de comer” (dicha por mi abuela paterna, que no entendía bien mi afición precoz, y que a la postre también se ha demostrado que era errónea, porque desde luego que me han dado de comer, a pesar de dedicarme a ellas y de hacerlo a contracorriente de las modas productivistas dominantes). "¿Cómo una persona que es en sí por completo un método, puede comprender mi anarquía natural?" (Richard Wagner). "Sólo aquel que lleva un caos dentro de sí puede alumbrar una estrella danzarina" (Friedrich W. Nietzsche). "Creo que en la sociedad actual nos falta filosofía. Filosofía como espacio, lugar, método de reflexión, que puede no tener un objetivo concreto, como la ciencia, que avanza para satisfacer objetivos. Nos falta reflexión, pensar. Necesitamos el trabajo de pensar, y me parece que, sin ideas, no vamos a ninguna parte." (José Saramago). "El ruido de las carcajadas pasa. La fuerza de los razonamientos queda." (Concepción Arenal). "Estamos aquí para desaprender las enseñanzas de la iglesia, el estado y nuestro sistema educativo. Estamos aquí para tomar cerveza. Estamos aquí para matar la guerra. Estamos aquí para reírnos del destino y vivir tan bien nuestra vida que la muerte tiemble al recibirnos". (Charles Bukowski. ¿O ésta es de Homer Simpson?).
Merecido homenaje. Me gusta lo que escribes de «ese discurso modesto y sabio que da la edad». En estos tiempos esa moderación sabe a gloria. Gracias por compartir. Un abrazo.
Tal cual me ha salido de las tripas. Fue tan emocionante, tan de tocar la fibra más interna, que lo escribí sin pensar dos veces. Así lo viví; así entendí las palabras de algunos, muy especialmente de la homenajeada. Hoy día, muchos científicos hablan desde su torre de marfil (si bien es verdad también que muchos no científicos se meten en camisas de once varas, sin saber ni remotamente qué están diciendo). Vicenta es uno de esos casos raros en que, siendo científica de profesión, es ante todo persona. Muy ante todo. Es llana, directa y generosa. Y da gusto no solo disfrutar de su compañía, cuando hay ocasión; da mucho gusto simplemente reconocerlo. ¡Qué distinto sería el mundo si los egos se mantuvieran dentro de los límites en que deben mantenerse, y no tratáramos de imponernos condiciones unos a otros!
Muchas gracias a ti por comentar, y por apreciar el matiz. Otro abrazo.
Merecido homenaje. Me gusta lo que escribes de «ese discurso modesto y sabio que da la edad». En estos tiempos esa moderación sabe a gloria. Gracias por compartir. Un abrazo.
Tal cual me ha salido de las tripas. Fue tan emocionante, tan de tocar la fibra más interna, que lo escribí sin pensar dos veces. Así lo viví; así entendí las palabras de algunos, muy especialmente de la homenajeada. Hoy día, muchos científicos hablan desde su torre de marfil (si bien es verdad también que muchos no científicos se meten en camisas de once varas, sin saber ni remotamente qué están diciendo). Vicenta es uno de esos casos raros en que, siendo científica de profesión, es ante todo persona. Muy ante todo. Es llana, directa y generosa. Y da gusto no solo disfrutar de su compañía, cuando hay ocasión; da mucho gusto simplemente reconocerlo. ¡Qué distinto sería el mundo si los egos se mantuvieran dentro de los límites en que deben mantenerse, y no tratáramos de imponernos condiciones unos a otros!
Muchas gracias a ti por comentar, y por apreciar el matiz. Otro abrazo.