"Creo que en la sociedad actual nos falta filosofía. Filosofía como espacio, lugar, método de reflexión, que puede no tener un objetivo concreto, como la ciencia, que avanza para satisfacer objetivos. Nos falta reflexión, pensar. Necesitamos el trabajo de pensar, y me parece que, sin ideas, no vamos a ninguna parte." JOSÉ SARAMAGO. "Estamos aquí para desaprender las enseñanzas de la iglesia, el estado y nuestro sistema educativo. Estamos aquí para tomar cerveza. Estamos aquí para matar la guerra. Estamos aquí para reírnos del destino y vivir tan bien nuestra vida que la muerte tiemble al recibirnos". CHARLES BUKOWSKI. "Beatus ille. Carpe diem. Locus amoenus. Tempus fugit."
¿Que qué tienen en la cabeza tantos curritos de a pie y tantas medianías grises para seguir a los defensores del liberalismo ultramontano, que defienden un modelo de organización que favorece el mantenimiento de una sociedad clasista en la que los privilegiados lo son casi por linaje, se disfrace como se disfrace, de manera que la solidaridad es máxima, y casi exclusiva, para con los de su propio gremio? Menuda trampa se esconde bajo el mensaje espurio de que cualquiera puede pertenecer al club de los elegidos, y hasta debe esforzarse por conseguirlo. Mientras, lo que el convencido -o quizá deberíamos decir abducido- recibe, son migajas. Algo indigno. Pero la comodidad es, para la inmensa mayoría, mucho más importante que la dignidad. Por ello, a esa tropa de curritos y medianías fachas eso de la justicia social les suena a chino. O a soviético. No les intentes sacar de ahí. No hay forma. Para los demás, es un verdadero problema que haya tanta gente que se chupe el dedo, que hable de oídas o que se deje guiar, en asuntos tan serios, por filias y fobias tan groseramente primarias.
Dicho de otra manera: en el fondo, lo que tiene en la cabeza el miserable es el viejo mito (en la acepción peyorativa de la palabra, en tanto que engaño) judeo-cristiano-musulmán del sacrificio para alcanzar la gloria. Algo pueril, por más que perfectamente comprensible, y muy hábilmente usado por los que manejan a las masas. Mito que se transforma en seña de identidad de grupo, y en ocasiones se pone particularmente de moda. Igual que en su día los pendientes de bola en la lengua o ahora los tatuajes. La identidad de grupo es fundamental en las sociedades humanas. Y si se basa en una idea finalista, de trascendencia, se convierte en tanto más importante (ya se ve lo que pasa ahora mismo también con el sunismo wahabista). Toda esa gente, esos curritos y medianías militantes (y sus justificadores pseudointelectuales y voceros mediáticos), vive sujeta a una cosmovisión predarwinista. Justo hoy recordaba una trasparencia (abajo) que preparé hace un tiempo para explicar el desfase entre el avance de las ideas basadas en el empirismo, la de las explicaciones racionales basadas en el positivismo y la de la solución de problemas prácticos basados en la tecnología, que se ha producido a una velocidad vertiginosa pero que solo entiende bien una minoría, la gente que se dedica a pensar (los intelectuales libres), y el avance de las mejoras sociales, que es muchísimo más lento y está sujeto a periodos de involución. Es extremadamente improbable que en las condiciones en que vive la humanidad actualmente pueda reducirse esa tremenda brecha, que en el fondo es la que explica que no seamos capaces de frenar la espiral de deterioro autodestructivo en que nos hallamos plenamente inmersos. Por mucho que deseemos algunos (como el encomiable Fernando Valladares, con su impresionante implicación). Deterioro que tampoco entienden todos esos, y no les importa mucho no entender. «Ande yo caliente, y ríase la gente, y el que venga detrás que arree».
Calvo, feo, gordo y tontorrón. Este es mi perfil de acuerdo con quien más valor tiene para mí, mi adorado -y guasón- hijo Mateo. Podría añadir que soy una especie de anarcántropo crapuloideo. Pero buena gente, ¿eh?. Así que después de la presentación inicial, el resto así como más en serio:
Lo mío son las cosas bien hechas, con gusto y paciencia. Me gusta el silencio, la calma. Me gusta cultivar la tierra, hacer la comida a la brasa, hacer pan, conservar las costumbres ancestrales. Me gustan las miradas firmes de las personas sin dobleces. Me gusta la esencia. Y la forma también, sí; pero sobre la esencia.
Me gusta la soledad, compartida o no. Me aburren y me irritan la mediocridad rampante y la falsedad, la corrupción, la incapacidad y la indolencia que dominan nuestro día a día. Me enojan los “esclavos felices”. Soy raro, dicen. No encajo bien en los moldes convencionales. En muchas situaciones estoy a la contra. Si la inteligencia es la propiedad de adaptarse bien a cualquier circunstancia, no soy particularmente inteligente.
Soy un intelectual inquieto, apasionado del mundo natural. Me fascina la vida. Y el color, los paisajes (¡el Alto Tajo!), el agua limpia, los animales silvestres (en especial los insectos, y sobre todo las mariposas), la montaña, el mar, las flores… Me hice biólogo, aunque padecí mucho durante la licenciatura; mi interés por el mundo natural me ha llevado a ser profesor universitario de Zoología y Conservación Biológica (también me entusiasma la docencia) y a fundar un grupo de investigación. Si no hubiera sido biólogo hubiera sido músico; me cautiva la música. U hortelano. O pintor. O... soñador de vencejos y hadas.
No tengo estilos musicales preferidos, sino músicos preferidos: siempre se ha hecho buena música, y yo creo que ahora también (en contra de lo que opinan algunos críticos). Una relación de la música que más escucho se encuentra en http://www.last.fm/user/Troitio. Me entusiasman también la pintura y la literatura, tanto para disfrutar las creaciones ajenas como para crearlas yo mismo.
Algunas frases ajenas que me han acompañado a lo largo de la vida: “Piensas demasiado para ser feliz” (dicha por la madre de la niña que más me gustó en mi adolescencia y primera juventud; yo no he estado de acuerdo en lo de que pensar “demasiado” te impida ser feliz, y de hecho me considero un privilegiado respecto a la felicidad). “Deja ya las mariposas, que no te van a dar de comer” (dicha por mi abuela paterna, que no entendía bien mi afición precoz, y que a la postre también se ha demostrado que era errónea, porque desde luego que me han dado de comer, a pesar de dedicarme a ellas y de hacerlo a contracorriente de las modas productivistas dominantes). "¿Cómo una persona que es en sí por completo un método, puede comprender mi anarquía natural?" (Richard Wagner). "Sólo aquel que lleva un caos dentro de sí puede alumbrar una estrella danzarina" (Friedrich W. Nietzsche). "Creo que en la sociedad actual nos falta filosofía. Filosofía como espacio, lugar, método de reflexión, que puede no tener un objetivo concreto, como la ciencia, que avanza para satisfacer objetivos. Nos falta reflexión, pensar. Necesitamos el trabajo de pensar, y me parece que, sin ideas, no vamos a ninguna parte." (José Saramago). "El ruido de las carcajadas pasa. La fuerza de los razonamientos queda." (Concepción Arenal). "Estamos aquí para desaprender las enseñanzas de la iglesia, el estado y nuestro sistema educativo. Estamos aquí para tomar cerveza. Estamos aquí para matar la guerra. Estamos aquí para reírnos del destino y vivir tan bien nuestra vida que la muerte tiemble al recibirnos". (Charles Bukowski. ¿O ésta es de Homer Simpson?).