Dice mi colega Máximo Florín Beltrán que «cultivar universitarios como fresas en superintensivo da lugar a productos gordos y lustrosos, pero sin saber y sin sabor». Comentario sarcástico, pero acertadísimo. El caso es que, en el mundo de hoy, parece inevitable; ocurre con todo. De hecho, la publiquitis contribuye a criar investigadores gordos y lustrosos, pero de poco fuste. Y así sucesivamente: todo muy aparente, pero sin apenas entidad.
(Por cierto, que hay quien piensa que los profesores de plantilla que publican poco son vagos. Puede que algunos, o incluso muchos, lo sean. Pero conviene no dejarse llevar por las bilis desbocadas, las envidias rastreras y las simplificaciones pueriles. Puede ser también que algunos de ellos dediquen una gran intensidad de atención a alguna de las innumerables tareas docentes, a mantener repositorios, a editar revistas científicas, a dar charlas divulgativas, a desarrollar patentes, a cumplir contratos con empresas, a satisfacer tareas de asesoramiento en instituciones, etc., o a todo ello a la vez. Asumir, como se ha hecho costumbre, que un profesor titular universitario es diligente si y solo si publica muchos artículos científicos es concebir su actividad de manera muy limitada y torticera. Aparte de eso, la producción de artículos en serie no es necesariamente sinónima de eso que ahora se llama, con no poca cursilería, excelencia; «el modo de producción científica y cultural que se está incentivando… [es] la pura acumulación repetitiva y superficial, guiada por el cálculo de dónde conviene más […] colocar las propias publicaciones» (https://www.eldiario.es/andalucia/desdeelsur/universitario-extincion-comisiones-interinos-despropositos_6_997810224.html).
Cómo se destrozan las cabezas, cómo se pierden los nortes, cómo se inflan los egos, cómo se desbaratan los cauces más elementales de la cohesión entre las personas, cuando uno se abandona a la competencia más descarnada… ¿verdad, Vicente? Qué pena, tío, qué bajo has caído.)
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Acerca de Anarchanthropus crapuloideus
Calvo, feo, gordo y tontorrón. Este es mi perfil de acuerdo con quien más valor tiene para mí, mi adorado -y guasón- hijo Mateo. Podría añadir que soy una especie de anarcántropo crapuloideo. Pero buena gente, ¿eh?. Así que después de la presentación inicial, el resto así como más en serio:
Lo mío son las cosas bien hechas, con gusto y paciencia. Me gusta el silencio, la calma. Me gusta cultivar la tierra, hacer la comida a la brasa, hacer pan, conservar las costumbres ancestrales. Me gustan las miradas firmes de las personas sin dobleces. Me gusta la esencia. Y la forma también, sí; pero sobre la esencia.
Me gusta la soledad, compartida o no. Me aburren y me irritan la mediocridad rampante y la falsedad, la corrupción, la incapacidad y la indolencia que dominan nuestro día a día. Me enojan los “esclavos felices”. Soy raro, dicen. No encajo bien en los moldes convencionales. En muchas situaciones estoy a la contra. Si la inteligencia es la propiedad de adaptarse bien a cualquier circunstancia, no soy particularmente inteligente.
Soy un intelectual inquieto, apasionado del mundo natural. Me fascina la vida. Y el color, los paisajes (¡el Alto Tajo!), el agua limpia, los animales silvestres (en especial los insectos, y sobre todo las mariposas), la montaña, el mar, las flores… Me hice biólogo, aunque padecí mucho durante la licenciatura; mi interés por el mundo natural me ha llevado a ser profesor universitario de Zoología y Conservación Biológica (también me entusiasma la docencia) y a fundar un grupo de investigación. Si no hubiera sido biólogo hubiera sido músico; me cautiva la música. U hortelano. O pintor. O... soñador de vencejos y hadas.
No tengo estilos musicales preferidos, sino músicos preferidos: siempre se ha hecho buena música, y yo creo que ahora también (en contra de lo que opinan algunos críticos). Una relación de la música que más escucho se encuentra en http://www.last.fm/user/Troitio. Me entusiasman también la pintura y la literatura, tanto para disfrutar las creaciones ajenas como para crearlas yo mismo.
Algunas frases ajenas que me han acompañado a lo largo de la vida: “Piensas demasiado para ser feliz” (dicha por la madre de la niña que más me gustó en mi adolescencia y primera juventud; yo no he estado de acuerdo en lo de que pensar “demasiado” te impida ser feliz, y de hecho me considero un privilegiado respecto a la felicidad). “Deja ya las mariposas, que no te van a dar de comer” (dicha por mi abuela paterna, que no entendía bien mi afición precoz, y que a la postre también se ha demostrado que era errónea, porque desde luego que me han dado de comer, a pesar de dedicarme a ellas y de hacerlo a contracorriente de las modas productivistas dominantes). "¿Cómo una persona que es en sí por completo un método, puede comprender mi anarquía natural?" (Richard Wagner). "Sólo aquel que lleva un caos dentro de sí puede alumbrar una estrella danzarina" (Friedrich W. Nietzsche). "Creo que en la sociedad actual nos falta filosofía. Filosofía como espacio, lugar, método de reflexión, que puede no tener un objetivo concreto, como la ciencia, que avanza para satisfacer objetivos. Nos falta reflexión, pensar. Necesitamos el trabajo de pensar, y me parece que, sin ideas, no vamos a ninguna parte." (José Saramago). "El ruido de las carcajadas pasa. La fuerza de los razonamientos queda." (Concepción Arenal). "Estamos aquí para desaprender las enseñanzas de la iglesia, el estado y nuestro sistema educativo. Estamos aquí para tomar cerveza. Estamos aquí para matar la guerra. Estamos aquí para reírnos del destino y vivir tan bien nuestra vida que la muerte tiemble al recibirnos". (Charles Bukowski. ¿O ésta es de Homer Simpson?).
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interesante conocerlo tan de cerca 🙂 es increíble que existen las conexiones menos pensadas donde menos esperas. creo que uno de los lazos invisibles que une nuestros (no en forma general, sino,el de usted y el mío) intelectos es Vladimir Nabokov 🙂 realmente me da pena de no poder leer tooodas sus publicaciones de tantos años, pero iré haciendo, guíandome por las categorías.
¿Verdad? Es una suerte que existan las redes, y que de vez en cuando descubramos personas interesantes «al otro lado». ¡Se aprende tanto! Por mi parte, estoy encantado de que te gusten mis entradas; yo disfruto mucho también con las tuyas, se ve que te informas concienzudamente. Gracias.
entonces, nos leemos, como dicen por estos lares 🙂
¡Claro!