“Cuando dijeron que querían la reconciliación de las Españas, mintieron. En realidad lo que querían decir es que sigamos callados, que traguemos…y olvidemos. Pero ellos ganaron, eso no podemos olvidarlo porque nos lo recuerdan a cada momento.” (Leído en Internet, http://www.lapajareramagazine.com/1567-2).
Cuando dicen que quieren la reconciliación de las dos facciones del departamento, mienten. En realidad, lo que quieren decir es que sigamos callados, que traguemos sus imposiciones pactadas entre ellos, que caminemos «todos juntos» hacia donde ellos pretenden… y olvidemos todo lo que han estado haciendo durante los pasados 14 años. Y ganarán, gracias precisamente a sus políticas escandalosamente clientelares de años pasados, a la falta de coraje y visión de otros, que otorgan alguna credibilidad a su cinismo sin medida, y a la presión sobre el confuso alumnado. No podremos olvidarlo, porque nos lo recordarán a cada momento.
Si es que podemos soportarlo y no decimos definitivamente adiós a esta pocilga.
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Por resistirse a someterse a su dinámica caciquil, a una compañera la construyeron un muro en su despacho. ¿Qué no intentarán conmigo, si ganan el jueves que viene, siendo, como soy, su mayor crítico?
Construir muros es una soberana estupidez. Pretender que los demás hagan lo que tú quieres es, además de una estupidez, un signo de prepotencia, que como toda prepotencia esconde debilidad. Llamar a eso «ir todos a una» es una desvergüenza. Eso es lo que estamos viendo estos días donde trabajo. Ante la pasividad de casi todos, y el aplauso de los lacayos favorecidos por el paternalismo de los que se sienten amos del corral, los que afirman que van a devolver no sé qué perdido prestigio a determinados centros, cuando el prestigio solo lo ganan las personas (¿y dónde está el suyo, más que en sus propias proclamas?), y cuando ya todo el que no esté ciego y sordo sabe que es para aumentar sus propias cuotas de poder.
Nos vamos al pozo. De cabeza.
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Acerca de Anarchanthropus crapuloideus
Calvo, feo, gordo y tontorrón. Este es mi perfil de acuerdo con quien más valor tiene para mí, mi adorado -y guasón- hijo Mateo. Podría añadir que soy una especie de anarcántropo crapuloideo. Pero buena gente, ¿eh?. Así que después de la presentación inicial, el resto así como más en serio:
Lo mío son las cosas bien hechas, con gusto y paciencia. Me gusta el silencio, la calma. Me gusta cultivar la tierra, hacer la comida a la brasa, hacer pan, conservar las costumbres ancestrales. Me gustan las miradas firmes de las personas sin dobleces. Me gusta la esencia. Y la forma también, sí; pero sobre la esencia.
Me gusta la soledad, compartida o no. Me aburren y me irritan la mediocridad rampante y la falsedad, la corrupción, la incapacidad y la indolencia que dominan nuestro día a día. Me enojan los “esclavos felices”. Soy raro, dicen. No encajo bien en los moldes convencionales. En muchas situaciones estoy a la contra. Si la inteligencia es la propiedad de adaptarse bien a cualquier circunstancia, no soy particularmente inteligente.
Soy un intelectual inquieto, apasionado del mundo natural. Me fascina la vida. Y el color, los paisajes (¡el Alto Tajo!), el agua limpia, los animales silvestres (en especial los insectos, y sobre todo las mariposas), la montaña, el mar, las flores… Me hice biólogo, aunque padecí mucho durante la licenciatura; mi interés por el mundo natural me ha llevado a ser profesor universitario de Zoología y Conservación Biológica (también me entusiasma la docencia) y a fundar un grupo de investigación. Si no hubiera sido biólogo hubiera sido músico; me cautiva la música. U hortelano. O pintor. O... soñador de vencejos y hadas.
No tengo estilos musicales preferidos, sino músicos preferidos: siempre se ha hecho buena música, y yo creo que ahora también (en contra de lo que opinan algunos críticos). Una relación de la música que más escucho se encuentra en http://www.last.fm/user/Troitio. Me entusiasman también la pintura y la literatura, tanto para disfrutar las creaciones ajenas como para crearlas yo mismo.
Algunas frases ajenas que me han acompañado a lo largo de la vida: “Piensas demasiado para ser feliz” (dicha por la madre de la niña que más me gustó en mi adolescencia y primera juventud; yo no he estado de acuerdo en lo de que pensar “demasiado” te impida ser feliz, y de hecho me considero un privilegiado respecto a la felicidad). “Deja ya las mariposas, que no te van a dar de comer” (dicha por mi abuela paterna, que no entendía bien mi afición precoz, y que a la postre también se ha demostrado que era errónea, porque desde luego que me han dado de comer, a pesar de dedicarme a ellas y de hacerlo a contracorriente de las modas productivistas dominantes). "¿Cómo una persona que es en sí por completo un método, puede comprender mi anarquía natural?" (Richard Wagner). "Sólo aquel que lleva un caos dentro de sí puede alumbrar una estrella danzarina" (Friedrich W. Nietzsche). "Creo que en la sociedad actual nos falta filosofía. Filosofía como espacio, lugar, método de reflexión, que puede no tener un objetivo concreto, como la ciencia, que avanza para satisfacer objetivos. Nos falta reflexión, pensar. Necesitamos el trabajo de pensar, y me parece que, sin ideas, no vamos a ninguna parte." (José Saramago). "El ruido de las carcajadas pasa. La fuerza de los razonamientos queda." (Concepción Arenal). "Estamos aquí para desaprender las enseñanzas de la iglesia, el estado y nuestro sistema educativo. Estamos aquí para tomar cerveza. Estamos aquí para matar la guerra. Estamos aquí para reírnos del destino y vivir tan bien nuestra vida que la muerte tiemble al recibirnos". (Charles Bukowski. ¿O ésta es de Homer Simpson?).