Neologismos perversos: las palabras no son neutras

Me acabo de topar con un artículo extraordinario que no solo voy a vincular, sino a copiar entero y a comentar brevemente:

Neolengua y educación

Hoy una nueva metáfora y una nueva lógica todavía más terrible está sustituyendo a la lógica de los «recortes». La palabra de moda es «talento».
 Ana Contreras, profesora en un centro público y miembro de «Yo estudié en la pública.» 15/12/15 · 12:57
creatividad
«Hace unos años no paraba de decirse y escucharse que los trabajadores tenían que «reciclarse». Es decir, se los comparaba con desechos, envases usados, sucios, rotos y sin valor, y así, aplicando la lógica de las basuras a los seres humanos, los seres humanos devinieron basura en el imaginario colectivo. Además de permitir que algunas empresas hicieran su agosto ofreciendo cursos de formación, se creó un nuevo campo de lo posible. Si los seres humanos ya no eran dignos trabajadores sino indigna basura, existía la posibilidad de arrebatarles sus derechos y cargarles de obligaciones. La obligación de demostrar diariamente que no son tan basura, que se han reciclado, que merecen su sueldo.
Ahí empezó una campaña mediática perfectamente orquestada entre la CEOE (con su-entonces-presidente-hoy-delincuente-confeso, Gerardo Díaz Ferrán), y el gobierno para conseguir la aceptación sumisa de «recortes» en materia laboral. Más aún, en el culmen de la nueva lógica, las escuelas infantiles pasaron a ser gestionadas por empresas de limpiezas y basuras. Se trata de que los nuevos seres humanos asuman desde la cuna y desde la escuela el lugar que deben ocupar. Dentro de esta lógica, la educación se entiende como formación de mano de obra barata y obsolescente. Lo dejó muy claro la vicepresidenta del gobierno Soraya Sáenz de Santamaría con su lapsus linguae en el pasado debate televisado cuando se refirió a la «reforma laboral, perdón, reforma educativa».
Hoy una nueva metáfora y una nueva lógica todavía más terrible está sustituyendo a esta, también a través del lenguaje, aunque ahora desde la «positividad». La palabra de moda es «talento». La educación debe potenciar el «talento» de los jóvenes y en la televisión no paran de programarse talent shows. Por fin empezamos a entender de qué va todo esto. El programa electoral en materia educativa de Ciudadanos nos explica que «los cazatalentos persiguen a las personas con espíritu crítico, que creen y que se puedan desenvolver en contextos diversos, perfiles humanistas que lógicamente sepan aprender y pensar». A pesar de la nefasta y en parte incomprensible redacción (lo mínimo que debería exigirse a un programa de educación de un partido político es que estuviera bien redactado), algo queda claro: los seres humanos ya no somos basura, ahora somos animales de la selva que debemos exhibirnos y dejarnos cazar por los denominados «cazatalentos».

Nuestra máxima aspiración debe ser la de ser «perseguidos», ser «presas» de aquellos que están por encima en la cadena trófica. Debemos competir y matarnos entre nosotros, cual gladiadores romanos, para demostrar a esos «cazatalentos» que sabemos adaptarnos a lo que sea, que no tenemos escrúpulos, y sobre todo estar contentos de que esos otros decidan nuestro destino. La misión de la educación publica es la de formar –y conformar– en esa nueva lógica, educar para ser talentos perseguibles y perseguidos. De formar cazatalentos se encargará la educación privada, suponemos. O sea, el mundo postapocalíptico ya está aquí. «Los juegos del hambre» eran esto y la lógica del Capitolio, que opera en la película, ya se ha instaurado entre nuestros gobernantes y aspirantes a gobernantes. Lo que nos espera a los demás es una lucha a muerte, literalmente. La única posibilidad de supervivencia, como pasa en la película, es subvertir la lógica: cuestionar la «competitividad» (otra palabra de moda), y empezar a colaborar. Rebelarnos.»

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Hay muchas más metáforas nuevas, muchas, aunque todas se dirigen hacia el mismo objetivo. Además de las nombradas, están la lógica del liderazgo, la de la excelencia, la de la meritocracia, la de la sociedad del conocimiento (o coñocimiento, como me gusta decir, para recalcar la jodienda); y un largo etcétera de ocurrencias que se postulan desde los órganos de poder, con objeto de que los mindundis intermedios y los ciudadanos acaben por hacerlas suyas y las defiendan. En este sentido, el PSOE le gana la partida al PP de calle, porque no hay tribu más afectada ni pedante que la de los autodenominados socialistas. Todas esas ideas parecen interesantes, y lo serían de ajustarse a las esencias de los conceptos. Pero vivimos en la sociedad de las apariencias, y esto sí que no es ninguna frivolidad, y la distancia entre el dicho y el hecho es de tal calibre que la idea acaba naufragando en el ridículo.

¿Quiénes nos vamos a rebelar? ¿Los cuatro gatos de siempre?

Acerca de Anarchanthropus crapuloideus

Calvo, feo, gordo y tontorrón. Este es mi perfil de acuerdo con quien más valor tiene para mí, mi adorado -y guasón- hijo Mateo. Podría añadir que soy una especie de anarcántropo crapuloideo. Pero buena gente, ¿eh?. Así que después de la presentación inicial, el resto así como más en serio: Lo mío son las cosas bien hechas, con gusto y paciencia. Me gusta el silencio, la calma. Me gusta cultivar la tierra, hacer la comida a la brasa, hacer pan, conservar las costumbres ancestrales. Me gustan las miradas firmes de las personas sin dobleces. Me gusta la esencia. Y la forma también, sí; pero sobre la esencia. Me gusta la soledad, compartida o no. Me aburren y me irritan la mediocridad rampante y la falsedad, la corrupción, la incapacidad y la indolencia que dominan nuestro día a día. Me enojan los “esclavos felices”. Soy raro, dicen. No encajo bien en los moldes convencionales. En muchas situaciones estoy a la contra. Si la inteligencia es la propiedad de adaptarse bien a cualquier circunstancia, no soy particularmente inteligente. Soy un intelectual inquieto, apasionado del mundo natural. Me fascina la vida. Y el color, los paisajes (¡el Alto Tajo!), el agua limpia, los animales silvestres (en especial los insectos, y sobre todo las mariposas), la montaña, el mar, las flores… Me hice biólogo, aunque padecí mucho durante la licenciatura; mi interés por el mundo natural me ha llevado a ser profesor universitario de Zoología y Conservación Biológica (también me entusiasma la docencia) y a fundar un grupo de investigación. Si no hubiera sido biólogo hubiera sido músico; me cautiva la música. U hortelano. O pintor. O... soñador de vencejos y hadas. No tengo estilos musicales preferidos, sino músicos preferidos: siempre se ha hecho buena música, y yo creo que ahora también (en contra de lo que opinan algunos críticos). Una relación de la música que más escucho se encuentra en http://www.last.fm/user/Troitio. Me entusiasman también la pintura y la literatura, tanto para disfrutar las creaciones ajenas como para crearlas yo mismo. Algunas frases ajenas que me han acompañado a lo largo de la vida: “Piensas demasiado para ser feliz” (dicha por la madre de la niña que más me gustó en mi adolescencia y primera juventud; yo no he estado de acuerdo en lo de que pensar “demasiado” te impida ser feliz, y de hecho me considero un privilegiado respecto a la felicidad). “Deja ya las mariposas, que no te van a dar de comer” (dicha por mi abuela paterna, que no entendía bien mi afición precoz, y que a la postre también se ha demostrado que era errónea, porque desde luego que me han dado de comer, a pesar de dedicarme a ellas y de hacerlo a contracorriente de las modas productivistas dominantes). "¿Cómo una persona que es en sí por completo un método, puede comprender mi anarquía natural?" (Richard Wagner). "Sólo aquel que lleva un caos dentro de sí puede alumbrar una estrella danzarina" (Friedrich W. Nietzsche). "Creo que en la sociedad actual nos falta filosofía. Filosofía como espacio, lugar, método de reflexión, que puede no tener un objetivo concreto, como la ciencia, que avanza para satisfacer objetivos. Nos falta reflexión, pensar. Necesitamos el trabajo de pensar, y me parece que, sin ideas, no vamos a ninguna parte." (José Saramago). "El ruido de las carcajadas pasa. La fuerza de los razonamientos queda." (Concepción Arenal). "Estamos aquí para desaprender las enseñanzas de la iglesia, el estado y nuestro sistema educativo. Estamos aquí para tomar cerveza. Estamos aquí para matar la guerra. Estamos aquí para reírnos del destino y vivir tan bien nuestra vida que la muerte tiemble al recibirnos". (Charles Bukowski. ¿O ésta es de Homer Simpson?).
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Una respuesta a Neologismos perversos: las palabras no son neutras

  1. cesar dijo:

    Ole. Pocas veces he estado tan profundamente en sintonía con una idea. Me gusta también la referencia a esa dictadura de los «cazatalentos» y otros seres inferiores que se mueven en el mundo de los recursos humanos y que se situan en una posición de superioridad absoluta (que les lleva incluso a insultar y faltar al respeto) sobre gente con infinitamente mas mérito y que busca trabajo. A mi me reventaba hasta extremos insospechados la palabra «excelencia», que parece que ahora soban menos en pos del «talento». «excelencia» incluso me ofendía, ya que a los alcaldes, gente que normalmente no tiene ninguna clase de mérito mas allá de la capacidad para organizar chanchullos, se les llama «excelentísimos».

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