Qué curioso. Me llamo a mí mismo «policía», porque como tal me vi, y provoco que mi entrada (https://joseluisyela.wordpress.com/2015/01/27/yo-policia-entusiasmado/) alcance el mayor número de «me gusta» de todas las que he escrito, y van unas cuantas (1.462 con ésta). Provoco también que el número de visitas suba de manera drástica ayer y hoy, y que solo esa entrada haya recibido, de momento, 108 visitas. En Facebook, donde he puesto un vínculo, la cosa no ha sido tan espectacular; pero aun así estamos manteniendo un diálogo interesante, que me está dando pie a hacer algunas reflexiones adicionales:
ADC: A ver si salen más situaciones interesantes como esa
José Luis Yela: ¡Gracias! Saldrán, no me cabe duda.
FG: Yela, ¿qué podríamos hacer entre alumnos y profesores para cambiar ese modelo injusto y obsoleto en el que estamos?
José Luis Yela: Esta no es la pregunta del millón, no, es la siguiente… Me temo que para evitar irme por las ramas debo pedirte algún detalle. ¿Te refieres a qué podríamos hacer aquí y ahora, en el contexto real, o qué podríamos hacer si una proporción razonable de alumnos y profesores estuviésemos de acuerdo en que la situación actual de la docencia universitaria es insostenible? Porque la mayor parte del personal no quiere cambiar nada.
FG: Pues…en realidad me interesan ambas respuestas.
José Luis Yela: Si estuviésemos por la labor, nada más haberse puesto sobre la mesa la inmensa trapacería que supuso Bolonia (un engañabobos más) nos hubiésemos levantado y no hubiéramos permitido semejante atropello, que fue impuesto de manera autoritaria, sin consenso ni debate ni nada de nada. Exactamente igual que la reforma de la Constitución perpetrada por Zapatero, con Rajoy de comparsa, cuando los poderes financieros le amenazaron, si no lo hacía, para que pusiese un techo a la deuda pública. Si estuviésemos por la labor, no permitiríamos que nos colasen profesores mediocres en virtud de concursos amañados, ni que determinado tipo de pucherazos permitiesen a los más oportunistas y sin escrúpulos llevarse la dirección de los departamentos, ni que a becarios de valía contrastada se les expulsara cuando al investigador principal le conviene, ni que… la Universidad fuera una estructura fósil, clientelar y corrupta, por mucho que algunos se esfuercen en hacer las cosas bien y otros en aparentarlo. Si eso fuera así, no habría que hacer nada de particular que no fuese hacer las cosas bien cada día. No sería necesario más. Pero las cosas no son así, y tenemos lo que tenemos. Obviamente, debemos seguir intentando hacer las cosas lo mejor posible; pero además hay que luchar. Hay que asumir posturas de fuerza y riesgo. Hay que hablar claro. Hay que enfrentarse, con inteligencia, a los bravucones que amenazan, a los cómodos que miran para otro lado y a los miserables que les adulan, sin necesidad de crear altercados ni pegar voces (eso se lo dejamos a ellos). Hay que echarle narices a la hora de enfrentarse a las trapacerías en los consejos de Departamento y en las juntas de Facultad. Y hay que otorgar nuestro voto a quien pensamos que lo merece, y no a los chuflanabos de costumbre, que no solo no van a cambiar nada sustancial, sino que van a defender más aún si cabe sus privilegios y los de sus colegas. Por lo demás, yo particularmente hago lo que puedo; si eres alumno de primer curso (todavía no os conozco), habrás visto estos días cuáles son mis propuestas para sacar adelante el curso entre todos de la mejor manera posible, y el martes que viene decidiremos la manera de evaluar (que en todo caso pasará por un control continuo de vuestros progresos por mi parte). Si necesitas que sea un poco más incisivo con algún punto en concreto, dímelo y en cuanto saque otro rato vuelvo por aquí.
FG: Soy alumno de 3º.
José Luis Yela Bueno, pues esto demuestra una vez más mi grado de despiste. 😛
Como alumno de 3º, ya has visto entonces que nuestra forma de evaluar en la asignatura de Conservación tampoco es la más usual, puesto que en el examen podéis disponer de libros, apuntes, etc. Menos de móvil, todo. O casi todo. Poquito a poco vamos introduciendo cambios.