Magia

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Anoche, la noche del solsticio de invierno, y casi por casualidad, acudí a una visita nocturna por Toledo organizada por el Museo de la España Mágica (http://paseostoledomagico.es/), y guiada y comentada por Fernando Ruiz de la Puerta , autor de, por ejemplo, La España encantada:

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Fue toda una sorpresa, porque por un lado un verdadero maestro nos presentó el mundo de las creencias y mitos en Toledo desde los pueblos prerromanos hasta más o menos la Ilustración, frente a edificios emblemáticos; y por otro, en lo personal, conocí (¡¡por fin!!) a un compañero de mi mismo campus universitario que trasciende de la mera técnica (él es matemático) y la sitúa en el contexto del saber humano más amplio, lo que hoy día ha dejado de ser usual entre profesores universitarios, al menos de ciencias. Si llego a saber lo que me iba a encontrar, hubiera acudido con una grabadora. Realmente fue espectacular. Todo, además, contribuía a ello; la noche oscura, tenuemente iluminada solo bajo las farolas del alumbrado público, el olor a leña recién ardida que se escapaba por las chimeneas, el tañido intermitente de las campanas de relojes e iglesias…

El mundo de las prácticas mágicas rituales ha acompañado a la especie humana desde que es tal, es decir, desde que fuimos capaces de preguntarnos por qué; entender su evolución histórica es esencial para entendernos a nosotros mismos, y por qué ahora somos como somos y hacemos lo que hacemos. La búsqueda de las respuestas ha seguido caminos muy diferentes a través de la historia; pero hasta la concreción del positivismo como corriente de pensamiento dominante, todos estos caminos se podían englobar en el de las creencias mágicas o fantásticas. No es que hoy día los humanos hayamos prescindido de la fantasía, ni mucho menos; lo que ocurre es que, desde la postura de la rigidez racional, la fantasía está terriblemente desprestigiada, y se utiliza solo en determinados contextos vinculados a lo infantil, a lo recreativo y a lo poético. Y no por otra cosa, en mi opinión, que por falta de cultura humanista y de perspectiva histórica de quienes defienden la racionalidad como único discurso serio, privando así a la vida de facetas poéticas y simbólicas que no hacen sino enriquecerla. Por lo que se nos contó ayer, Toledo ha sido siempre un punto clave de encuentro de magos, adivinos y alquimistas de todo tipo, que en su tiempo usaban todo el conocimiento a su disposición para intentar explicar los fenómenos que ocurren a nuestro alrededor. No en vano, la expresión “ars toledana” se ha utilizado durante siglos para denominar al conjunto de conocimientos y creencias cultivados en esta ciudad.

En las puertas de las denominadas Cuevas de Hércules, que en realidad no son tales (pues al parecer, según la documentación histórica que existe, están como a dos kilómetros de Toledo, y se continúan en dirección a Mocejón), empezamos el recorrido. Allí hablamos sobre el Toledo carpetano, y cómo los carpetanos, que eran sobre todo trogloditas, carecían de templos, pero al parecer sus creencias mágicas y religiosas eran ricas, y consideraban sagrados a los bosques.  Así que algo del espíritu carpetano debe sobrevivir aún en mí, en ese caso. Los carpetanos rendían culto a la fuerza, de manera que no es extraño que adoraran a Hércules. La figura pasó después al mundo hispanorromano, y cuando éste fue cristianizado se asimiló y se convirtió en la de San Cristóbal.

Durante la época romana, Toledo fue un centro clave de la nigromancia o invocación a los muertos. Más tarde, godos, judíos y árabes la transformaron en el crisol de culturas gnósticas, esotéricas e incluso científicas que fue durante siglos. La Reconquista supuso, como todas las empresas imperiales unificadoras, la pérdida de la mayor parte de los cultos no cristianos, mantenidos a partir de ahí en monasterios, iglesias y abadías, pero extendidos entre el pueblo; el episodio de la quema por Cisneros del enorme y riquísimo legado andalusí, descrito con tanta belleza como crudeza en “A la sombra del granado” por Tariq Ali, fue uno de los momentos clave del desmoronamiento de la vastísima riqueza cultural de los pueblos de Iberia anteriores a la unificación por la corona católica.

A partir de entonces, y lo largo de los siglos, la iglesia católica, convertida en secta, ha ido asimilando o aniquilando toda manifestación de la magia pagana. Además, a partir de la propuesta del racionalismo positivista, cualquier manifestación no racional que hubiera sobrevivido fue sistemáticamente desacreditada de raíz. De esta manera, y como las creencias y los símbolos son esenciales para los humanos, lo que pervive hoy día no son sino versiones simplistas, superficiales y paupérrimas de las supersticiones más ñoñas, en un mundo sumergido en la cultura de los resultados rápidos y de las apariencias.

Este último razonamiento lo compartimos Fernando y yo ya una vez concluido el acto, momento en el que, en un aparte, nos confesamos ambos lo solos que nos encontramos en una institución que, de académica, humanista y culta, ha pasado a ser meramente técnica y empresarial. En la universidad ya no formamos personas preparadas para entender y transmitir conocimiento; formamos profesionales que resolverán cuestiones prácticas. Nos hemos integrado en la dinámica del mercado. Hemos perdido la magia. Y lo que es peor: ni siquiera nos interesa.

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Acerca de Anarchanthropus crapuloideus

Calvo, feo, gordo y tontorrón. Este es mi perfil de acuerdo con quien más valor tiene para mí, mi adorado -y guasón- hijo Mateo. Podría añadir que soy una especie de anarcántropo crapuloideo. Pero buena gente, ¿eh?. Así que después de la presentación inicial, el resto así como más en serio: Lo mío son las cosas bien hechas, con gusto y paciencia. Me gusta el silencio, la calma. Me gusta cultivar la tierra, hacer la comida a la brasa, hacer pan, conservar las costumbres ancestrales. Me gustan las miradas firmes de las personas sin dobleces. Me gusta la esencia. Y la forma también, sí; pero sobre la esencia. Me gusta la soledad, compartida o no. Me aburren y me irritan la mediocridad rampante y la falsedad, la corrupción, la incapacidad y la indolencia que dominan nuestro día a día. Me enojan los “esclavos felices”. Soy raro, dicen. No encajo bien en los moldes convencionales. En muchas situaciones estoy a la contra. Si la inteligencia es la propiedad de adaptarse bien a cualquier circunstancia, no soy particularmente inteligente. Soy un intelectual inquieto, apasionado del mundo natural. Me fascina la vida. Y el color, los paisajes (¡el Alto Tajo!), el agua limpia, los animales silvestres (en especial los insectos, y sobre todo las mariposas), la montaña, el mar, las flores… Me hice biólogo, aunque padecí mucho durante la licenciatura; mi interés por el mundo natural me ha llevado a ser profesor universitario de Zoología y Conservación Biológica (también me entusiasma la docencia) y a fundar un grupo de investigación. Si no hubiera sido biólogo hubiera sido músico; me cautiva la música. U hortelano. O pintor. O... soñador de vencejos y hadas. No tengo estilos musicales preferidos, sino músicos preferidos: siempre se ha hecho buena música, y yo creo que ahora también (en contra de lo que opinan algunos críticos). Una relación de la música que más escucho se encuentra en http://www.last.fm/user/Troitio. Me entusiasman también la pintura y la literatura, tanto para disfrutar las creaciones ajenas como para crearlas yo mismo. Algunas frases ajenas que me han acompañado a lo largo de la vida: “Piensas demasiado para ser feliz” (dicha por la madre de la niña que más me gustó en mi adolescencia y primera juventud; yo no he estado de acuerdo en lo de que pensar “demasiado” te impida ser feliz, y de hecho me considero un privilegiado respecto a la felicidad). “Deja ya las mariposas, que no te van a dar de comer” (dicha por mi abuela paterna, que no entendía bien mi afición precoz, y que a la postre también se ha demostrado que era errónea, porque desde luego que me han dado de comer, a pesar de dedicarme a ellas y de hacerlo a contracorriente de las modas productivistas dominantes). "¿Cómo una persona que es en sí por completo un método, puede comprender mi anarquía natural?" (Richard Wagner). "Sólo aquel que lleva un caos dentro de sí puede alumbrar una estrella danzarina" (Friedrich W. Nietzsche). "Creo que en la sociedad actual nos falta filosofía. Filosofía como espacio, lugar, método de reflexión, que puede no tener un objetivo concreto, como la ciencia, que avanza para satisfacer objetivos. Nos falta reflexión, pensar. Necesitamos el trabajo de pensar, y me parece que, sin ideas, no vamos a ninguna parte." (José Saramago). "El ruido de las carcajadas pasa. La fuerza de los razonamientos queda." (Concepción Arenal). "Estamos aquí para desaprender las enseñanzas de la iglesia, el estado y nuestro sistema educativo. Estamos aquí para tomar cerveza. Estamos aquí para matar la guerra. Estamos aquí para reírnos del destino y vivir tan bien nuestra vida que la muerte tiemble al recibirnos". (Charles Bukowski. ¿O ésta es de Homer Simpson?).
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