Cruce de mensajes en Facebook acerca del paradigma neoliberal:
Oriol Malló: Quien crea que el proyecto neoliberal no es sofisticado, ambicioso y omnívoro no entiende el sentido completo de esta ideología extrema, nemesis perfecta de lo que fuera el marxismo: en vez del hombre nuevo, el nuevo consumidor. Un ser aislado, adicto y confundido que se convierte él mismo en mercancia y objeto cumpliendo en su camino de disolución personal el sueño de esta religión sin fisuras. El suicido voluntario del hombre. ¿Y para qué todo eso? preguntaran los últimos hombres al becerro de oro. Por nada, o más bien porqué yo soy la nada y en nada quiero convertiros. Algo de eso dijo Karl Marx en La cuestión judía, un texto demasiado incomprendido…
José Luis Yela: Coincido con Oriol en el planteamiento (excelente la definición de neoliberalismo: sofisticado, ambicioso y omnívoro, y némesis del fagocitado marxismo). Pero no en la respuesta a para qué el suicidio voluntario (o sumisión incondicional) del individuo. El individuo, en el nuevo planteamiento, entrega su libertad a cambio de seguridad. O al menos esa es la pretensión de fondo. El individuo decide no pensar y permite a otros hacerlo por él (y de paso enriquecerse a su costa, hasta extremos inconcebibles) a cambio de eso que ahora se llama "estabilidad", que se usa como justificación universal para evitar cualquier compromiso o situación medianamente embarazosa. Somos esclavos absolutos de la estabilidad; buscamos ávidamente seguridad, refugio, confianza, y entregamos nuestra libertad a cambio de la promesa canalla y farisaica que nos hace el mercantilismo productivista neoliberal. Nada más ficticio que la estabilidad en un mundo que no solo cambia vertiginosamente, sino que requiere urgentemente de cambios mucho más radicales si queremos tener alguna probabilidad de frenar la terrible crisis ambiental en la que hemos entrado (y que niega el neoliberalismo, no lo olvidemos).
Salud.
Salud.