Ayer, 18 de Julio, se casó Suraya, becaria predoctoral de mi grupo. Me pidió que dijera unas palabras. Me costó bastante encontrar un texto adecuado, porque escribir algo propio me daba demasiado pudor. Tras repasar bastantes pasajes del Quijote y los diálogos más famosos de los hermanos Marx, pasé un poco de puntillas sobre las obras de Góngora, Lope, Diego Manrique y Unamuno, sin encontrar el párrafo adecuado. Así que, después de desistir de hacer uso de la comicidad o la profundidad, me incliné por la espontaneidad, y seleccioné un texto anónimo que circula por internet titulado Baila como si nadie te estuviera viendo.
"Nos convencemos a nosotros mismos de que la vida será mejor después. Después de terminar la carrera, después de conseguir trabajo, después de casarnos, después de tener un hijo, después de tener otro.
Luego nos sentimos frustrados porque nuestros hijos no son lo suficientemente mayores, y pensamos que seremos más felices cuando crezcan y dejen de ser niños. Después nos desesperamos porque son adolescentes, difíciles de tratar. Pensamos: seremos más felices cuando salgan de esa etapa.
Luego decidimos que nuestra vida será completa cuando a nuestro esposo o esposa le vaya mejor, cuando tengamos un mejor coche, cuando nos podamos ir de vacaciones, cuando consigamos el ascenso, cuando nos retiremos.
Pero la verdad es que… no hay mejor momento para ser feliz que ahora mismo.
Si no es ahora, ¿cuándo? La vida siempre estará llena de luegos, de retos. Así que es mejor admitirlo y decidir ser felices ahora. En realidad no hay un luego ni un camino para la felicidad; la felicidad es el camino y es ahora… Atesora, pues, cada momento que vives, y atesóralo más porque lo compartiste con alguien especial; tan especial que lo llevas en tu corazón, y recuerda que el tiempo no espera a nadie. Deja de esperar hasta que termines la Universidad, hasta que encuentres trabajo, hasta que tengas hijos, hasta que se vayan de casa, hasta que pierdas esos diez kilos, hasta el viernes por la noche o hasta el domingo por la mañana; hasta la primavera, el verano, el otoño o el invierno, o hasta que te mueras, para decidir que no hay mejor momento que justamente éste para ser feliz … La felicidad es un trayecto, no un destino. Por eso, trabaja como si no necesitaras dinero, ama como si nunca te hubieran amado… y baila… como si nadie te estuviera viendo."
no todos los momentos son buenos, hay veces que hay que esperar a que termine la tormenta. como dicen en senegal, parate y mira para atrás, por si te tienes que volver. la vida no es un momento, es muy relativa; como el tiempo que nos ocupamos en los sueños vividos y por vivires cuando me hago invisible
Ya, hombre, es un decir. Pues claro que todos los momentos no son iguales. El texto ese lo que viene a decir es que se haga lo posible por vivir el momento, porque en realidad no sabes si existirá el momento siguiente. Naturalmente que hay épocas malas, en las que incluso razonamientos como éste hasta te parecen soplapolleces. Pues claro. Pero si asimilas la historia, vives mucho más relajadamente que si no, porque es más fácil vencer las angustias y las soledades. :):)
Gracias, 🙂
¿Cómo que gracias? Será gracias a tí, supongo. Primero, por contribuir tan decisivamente a que todo el montaje del laboratorio echara a andar. Segundo, por darme la oportunidad de poder decir algo; tú eras quien decidía. Así que eso. Carpe diem, y a bailar se ha dicho. 😛