Con 16 años me iba al campo a empaparme de vida y a recoger mariposas, mientras los chicos de mi edad me llamaban “raro”. No me importaba demasiado, aunque sí me dolía la incomprensión de la niña que me gustaba entonces. Con 19 años, estando en la mili, solía apartarme del grupo central para evitar las sandeces, generalmente machistas, de la mayoría de mis compañeros, y para poder respirar un poco de aire fresco mientras el sol me daba en la cara. Me gané el apodo de “Llanero Solitario”. Tampoco me importaba demasiado. Con 24 y 25 disfrutaba del silencio de mi huerta, roto solo por el susurro del agua del río y los cantos de los pájaros del soto, antes de irme a trabajar en la construcción del cine con Juan, al monte a recolectar polillas y a sentir a solas la negritud de la noche y a ayudar a Santiago a poner copas y pinchar discos en el «pafeto» (vamos, que no era un huraño ni mucho menos).
Fue en Mayo de 1980 cuando, en lo alto de una de las Tetas de Viana, encontré en un hueco bajo una piedra un papel metido en un bote, donde algunas personas habían dejado pedacitos de su inspiración. Allí, con esa sensación de tener el mundo a tus pies que se siente en aquellas alturas, escribí en cuatro trazos el lamento a mi ángel imposible:
“Te busco, ángel blanco, corazón de oro, mujer libre y fuerte que eres capaz de ver la luz antes de que amanezca, que aun sin alas vuelas más alto que el viento. Llevo ya muchos años buscándote; entre las montañas, en los valles, en los desiertos y en las selvas, en los mares, en las playas, por el norte y por el sur… Algunas veces creí haberte encontrado, pero no fueron sino espejismos. Mas sé que existes, o quiero creer que es así, y por muchas y profundas señales que pueda dejar la decepción en mi corazón, por muchas lágrimas que pueda causarme esta eterna búsqueda, seguiré siempre tras tu estela. A tí, ángel blanco, si es que no eres sino el reflejo de mi propio ser, si es que no eres otra cosa que una idea de mi mente solitaria, te dedico especialmente toda mi poesía.”
Aquello era el grito medio desesperado de un corazón que a menudo se sentía abandonado y melancólico. Es verdaderamente pasmoso que, 28 años después, la sensación sea prácticamente idéntica. Probablemente represente el ineludible sentimiento común de la estirpe romántica: buscar inútilmente el reflejo de nuestro propio ser.
Durante los años 81 y 82 tuve una sinergia grande con muchos de los grupos punk y postpunk surgidos sobre todo en Gran Bretaña a raíz de la desintegración del rock grandilocuente heredero del fenómeno hippy y beatnik, pero sobre todo me identifiqué con Police. Y no porque fueran muy buenos músicos, que lo eran, o porque representaran particularmente bien el espíritu anarco-nihilista, que no lo representaban en absoluto, sino porque me cautivaron dos canciones suyas sobre la soledad. “Message in a bottle”, la canción del náufrago entre náufragos, se convirtió en una de mis señas de identidad:
Just a castaway, an island lost at sea, oh,
another lonely day, with no one here but me, oh.
More loneliness than any man could bear.
Rescue me before I fall into despair, oh.
I’ll send an S.O.S. to the world.
I hope that someone gets my
message in a bottle, yeah.
A year has passed since I wrote my note;
but I should have known this right from the start.
Only hope can keep me together;
love can mend your life but
love can break your heart.
I’ll send an S.O.S. to the world.
I hope that someone gets my
message in a bottle, yeah.
Walked out this morning, don’t believe what I saw:
hundred billion bottles washed up on the shore.
Seems I’m not alone at being alone,
hundred billion castaways looking for a home.
I’ll send an S.O.S. to the world.
I hope that someone gets my
message in a bottle, yeah.
Sending out at an S.O.S…
Hay un par de líneas muy significativas en esta canción: «Love can mend your life but love can break your heart». No solamente son las que proporcionan el contexto a toda la letra, sino que además yo las sentía como muy particularmente mías, tras una sucesión amarga de decepciones amorosas fuertes. Que fueron las que me impulsaron a escribir ¨Ángel blanco». Por otra parte, «So lonely» llegó a ser incluso mi himno particular durante unos cuantos años:
Well, someone told me yesterday
that when you throw your love away
you act as if you just dont care,
you look as if youre going somewhere.
But I just cant convince myself;
I couldnt live with no one else.
And I can only play that part
and sit and nurse my broken heart.
So lonely, so lonely… I feel so lonely.
Now no-one’s knocked upon my door
for a thousand years, or more.
All made up and nowhere to go;
welcome to this one man show.
Just take a seat, they’re always free.
No surprise, no mystery.
In this theatre that I call my soul
I always play the starring role.
So lonely, so lonely… I feel so lonely.
I feel lonely, Im so lonely, I feel so low… La eterna lucha por salir de uno mismo, por compartir la magia con alguien más. La eterna lucha que hoy sigo librando sin descanso, a pesar de que mi boca suela identificarse con una sonrisa constante. Porque al fin y al cabo, lo que se comparte con otros son pinceladas, momentos, sensaciones o vivencias instantáneas. En el fondo uno está básicamente solo. Todos los puentes con los demás son transitorios o incluso -por desgracia, a veces terrible- ficticios. La única realidad con la que cuentas siempre es con la propia; lo demás va y viene, por sólido que sea. La soledad se exacerba en el contexto de superpoblación en el que vivimos, particularmente -aunque no solo- los «occidentales», en el que a pesar de tener que compartir espacios mínimos entre cantidades ingentes de individuos estamos en general completamente aislados, protegidos por corazas infranqueables, que uno va elaborando a lo largo de la vida como mecanismo de defensa ante las intromisiones de los demás. En realidad, vivimos en una sociedad de soledad compartida en pareja; te buscas otra persona de la que no tener que defenderte (al menos tanto, y al menos en principio) para poder resistir el aislamiento del resto de humanos. Así es, lo queramos o no; los psicólogos sociales, desde incluso Ortega, tienen bien documentado el fenómeno. Esta situación se hace muy dura a veces. De ahí que convenga cultivar la amistad con uno mismo como la flor más valiosa. De ahí, en parte, el altísimo grado de fracaso de las parejas, porque la relación de pareja se ha convertido más en una solución que en un fin en este mundo ficticio que nos ha tocado vivir.
ALGUNAS CANCIONES DEL MOMENTO EN http://cid-07bc2ef088ee0c83.skydrive.live.com/browse.aspx/pafeto%20josechu?lc=3082QUE BONITO QUE ES TOLEDO, ME FUI A CUENCA—VENTANO DEL DIABLO—COMO ME MOLA LO QUE CUENTAS Y COMO LO CUENTAS.En el fondo uno está básicamente solo. Todos los puentes con los demás son transitorios o incluso ficticios.De ahí que convenga cultivar la amistad con uno mismo como la flor más valiosa.CONTINUA PORFA ES DIVINO.
Gracias, Santiago. Esta no es solo mi historia, como has visto. Salvando los detalles, seguro que te has identificado mucho con ella. En fin, es lo que hay… La verdad es que estoy en cierta vena poética, si. Eso pasa sobre todo cuando uno tiene las costillas bien zurradas. Llevo unos días en que me estaría como el tronco seco de Las Curvas, todo el tiempo quieto mirando el río. Un abrazo. Y mantengamos el puente.
Quillo, es precioso. Muy bonito.
marito haber si te curras unas cuantas del pafeto y las mandas yo por mi parte pondre unas cuantas en https://cid-07bc2ef088ee0c83.skydrive.live.com/browse.aspx/pafeto%20josechubueno en pafeto marito ok
Muchas gracias a tí también, Mario. Cuando se leen comentarios como los vuestros los puentes se sienten más sólidamente, a pesar de la tiniebla. Que está sucia y fea y no me deja descansar, y que no me la sacudo de encima. Pero bueno, es lo que toca. Andar con las puertas abiertas es lo que tiene: a veces se te cuela el viento gélido y te pillas una pulmonía. Eso sí; no pienso cerrar ni puertas ni ventanas ni… el hueco de la chimenea. Que entre lo que tenga que entrar, por oscuro que sea.El comentario iba dedicado especialmente a Santiago porque este año pasado ha tenido que ser uno de los más duros para él. No me equivoco, ¿verdad, Santiago? Demasiadas soledades. Pero vamos, que vale para todos nosotros. Abrazos de nuevo a los dos, que estáis ahí. Aquí.
¿Puede leerse algo más hermoso…?(…)Que las puertas no cierren, ni las ventanas, ni el hueco de la chimenea. En cualquier momento… una sorpresa se cuela.Un besote.
Gracias, Cris. 🙂
Que grande eres josechu. Las cosas que cuentas y como las cuentas quitan la soledad al mas pintao. Aqui estoy con mi santo y cantando. te quiero mucho es lo que siento , que me quieren mucho. Desde esta mañana ahora con los amigos que me han adoptado , deguela es verdad –que soy muy feliz . La soledad me encanta mas cuándo la comparto sin condiciones , como contigo. Te quiero mucho. Trop . Tiempos raros para este planeta seguiremos luchando
Así es. No hace falta decirlo para saberlo. No creas que no estoy allí porque no quiero; apareceré en cuanto lo tenga medio fácil. Disfruta aquello, y todo en general. Tiempos raros, si; pero hay que poder con ellos. Hasta mañana, voy a intentar vencer a mis fantasmas. Un abrazo gordo.
Reconfortante saber que hay «personas «, y como dice la cancion, no estar loco. Mil gracias.
A ti, seas quien seas.
…y caminar, caminar, caminar…arrastrando soledades, jirones y a veces esperanzas, y sonrisas, y brisas que refrescan la frente y el corazón…
Un abrazo brother…osculérrimos…
:):)
Otro para tí.